Una imagen gráfica tiene un poder de comunicación más alto que cualquier edificio; le habla de forma directa a la gente, por lo que es también un elemento amenazante para la capacidad comunicativa de la arquitectura. Como Venturi observó, desde la década de 1960 el edificio se ha convertido en el anuncio de cualquier marca. Sin embargo, en el mundo anónimo y uniforme de los objetos producidos en serie en el que vivimos, los de uso cotidiano no son tan impersonales cuando tienen algún elemento gráfico que les brinda significado.

La prevalencia de dos dimensiones en la que vivimos está tan arraigada en nuestra cultura que los arquitectos y diseñadores de los objetos, de la ciudad y del paisaje nos educamos y creemos que podemos representar los diseños en dos dimensiones. Incluso las maquetas se han sustituido por los renders. Las herramientas de representación no son neutrales; se puede comprender mucho de las intenciones de los autores y del mundo en el que vivieron por la forma en que decidieron representar sus diseños. Las que usamos actualmente nos provocan ignorar que el significado emotivo se da en las acciones y en el uso cotidiano de los habitantes, nunca en una imagen estática: planta, sección, fachada, ni en un video; mucho menos en una perspectiva simulada de la realidad. Inevitablemente la arquitectura, como resultado habitable, será muy distinta de su representación en los planos más ortodoxos de un proyecto ejecutivo. Siempre habrá un proceso de traducción entre el dibujo y el edificio, y entre otras obras que conocemos casi exclusivamente por medio de su representación y su influencia en nuestras propuestas. Es necesario hacer notar y analizar críticamente estos procesos de traducción para entender sus alcances.

No podemos aceptar de forma ciega los aspectos instrumentales de nuestra representación, debemos desarrollar una postura crítica ante ellos para crear nuevas herramientas que nos permitan ampliar el análisis y perseguir una arquitectura auténticamente significativa. Más allá de las potencialidades tecnológicas de la actual representación arquitectónica, más allá de la razón instrumental, la arquitectura necesita encontrar formas de representar críticamente el espacio humano, temporal y existencial. 

DOI: https://doi.org/10.22201/fa.14058901p.2016.34

Publicado: 2017-01-12

Editorial

Cristina López Uribe

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