Introducción
El presente texto está sustentado en la economía política de los medios de comunicación,
donde se muestra un análisis de la prensa escrita occidental. La columna vertebral
de la investigación parte de observaciones teóricas a través de un enfoque crítico,
con la intención de entender el desarrollo que los medios impresos de comunicación
tienen en diferentes latitudes del orbe. Se analiza y se concluye con el argumento
de que el desarrollo que tuvo la prensa en el nuevo modelo económico neoliberal se manifestó con especial virulencia en los medios de comunicación escrita. La cuestión
interdisciplinaria entre la economía política y el periodismo se basa en conocer la
titularidad y propiedad de las compañías mediáticas que reviste claro interés para
este asunto, pues son precisamente los propietarios de los medios, quienes con su
poder de decisión motivan las adquisiciones, fusiones y alianzas y, además, como accionistas,
están directamente involucrados en las repercusiones económicas de los procesos de
concentración.
Análisis teórico del pluralismo y la concentración de los medios
A finales de la Segunda Guerra Mundial, se formaron los primeros grandes grupos informativos,
pero es a partir de 1980 cuando este proceso adquirió una nueva dimensión, tanto por
el tamaño de las compañías, como por su carácter internacional y multimedia. Las empresas
informativas son una de las estructuras que mayores y más profundos cambios han sufrido
en las últimas tres décadas según Mosco (1996), en esta línea inciden factores económicos
y mercantiles haciendo que, en estos comienzos del siglo XXI, sean muy pocos los medios
informativos de cierto relieve que sigan actuando de forma independiente. Se tiende,
como indica Ramón Reig (1995), a que se produzca la vinculación con una gran empresa de la comunicación (los más
influyentes ya están en esa órbita) y como derivación a que se minimice el efecto
de una de las metáforas que más ha prendido en el mundo contemporáneo de la política
y de la información, pasando a formar parte del poder político, dando lugar a una
estructura donde las entidades financieras de telecomunicaciones y otras ajenas al
mundo de la comunicación formen un entramado económico y mediático.
En los actuales medios de comunicación, sobresalen dos acepciones: el pluralismo y
la concentración. Epistemológicamente, la palabra “concentrar”, según el Diccionario
de la Real Academia Española de la Lengua (DRAE), significa “reunir en un centro o
punto lo que estaba separado o reunir bajo un solo dominio la propiedad de diversas
parcelas”. Respecto a la expresión “medio de comunicación”, su primer componente procede
del latín medius (medio); en tanto que comunicación proviene del sustantivo latino communicationis (hacer partícipe a otro lo que uno sabe). Como constituyentes sintagmáticos, hace
referencia a los medios de comunicación como órganos destinados a la información pública,
que resultan ser una pieza clave en el desarrollo de la actividad social. En cuanto
al vocablo “pluralismo”, del que se tratará en párrafos abajo con detenimiento, el
DRAE lo define como “sistema por el cual se acepta o reconoce la pluralidad de doctrinas
o métodos en materia política, económica, etc.”.
En este contexto, la pluralidad se define como un concepto o valor consistente en
la posibilidad de que concurran el mayor número y diversidad de opiniones e información,
y que dicha concurrencia llegue también al mayor número posible de personas. Según
el Libro verde de la Comisión Europea (1992), se puede definir el pluralismo como una noción jurídica cuya función es limitar,
en algunos casos, el alcance del principio de libertad de expresión con objeto de
garantizar al público la diversidad informativa. Por otra parte, el pluralismo y la
concentración son comúnmente aceptadas como categorías opuestas. Esta doble naturaleza
- simbólica y económica- se traduce en una doble vertiente regulatoria. Mientras que
por un lado se regulan los aspectos económicos (política industrial, política de innovación,
política de competencia), por otro, están los aspectos de diversidad y pluralismo,
regulados mediante diversos instrumentos, como la transparencia, porcentaje mínimo
de programas, entre otros. El pluralismo es un valor social y políticamente aceptado
que busca que los medios de comunicación reflejen la diversidad de situaciones que
caracteriza la realidad social y política.1 Sin embargo, en determinados casos, pueden aparecer ciertos impedimentos que dificultan
dicho reflejo.
En este sentido se manifiestan Collins y Murroni (1996), cuando afirman que una excesiva concentración de propiedad puede suponer que determinados
aspectos del pluralismo -determinados grupos, pensamientos u opiniones- no aparezcan
en los medios de comunicación y otros aspectos lo hagan en exceso. Aplicando la distinción
anterior, cabe decir que la excesiva concentración no permite que en los medios se
refleje la pluralidad característica de una sociedad democrática. Algunos autores,
como Cavallin (1997), entienden que el pluralismo de medios, creado y gestionado por el mercado y por
tanto producto de imperativos económicos como se plantea en el neoliberalismo, difícilmente
puede reflejar la diversidad que caracteriza lo social. Por su parte, Humphreys (1996) aporta el término ‘diversidad mediática’ y considera cuatro aspectos que debe incluir:
la diversidad ideológica, la regional, la cultural y la de formatos. Esto significa
que los medios deben reflejar las distintas categorías en las que puedan ser divididas
nuestras sociedades, pero resulta imposible que en cada medio de comunicación se reproduzca
la composición social de cada país, sobre todo si esta pluralidad no está representada
en el interior de los mismos.
La existencia de una cadena de valor para cada medio (prensa, radio y televisión)
implica una gran dificultad de monitorizar cada uno de los eslabones. Ello convierte
al pluralismo en un valor difícil de promover. Dado que es un valor clave, requiere
un triple compromiso, según Cavallin (1997): “los políticos deben definir los objetivos y el significado del pluralismo, las
empresas de comunicación deben respetar los reglamentos y a los investigadores, señalando
direcciones de actuación y buscando indicadores que permitan medir y comparar la evolución
de dicho pluralismo.2 La consecuencia inmediata de esta limitación es la formación de conglomerados empresariales
que modifican su estructura a una velocidad vertiginosa, lo cual constituye, justamente,
la historia de la concentración mediática en los dos últimos decenios. Como prueba
de ello, Rosalba Mancinas Chávez, citando a Ramón Reig (2004), nos muestra una serie
principios básicos con las características de los grandes conglomerados mediáticos,
en los cuales se encuentran las especificaciones para poder determinar el alcance
y trascendencia de ellos en la sociedad.
-
Están conectados a redes financieras y tecnológicas (telecomunicaciones).
-
Se han ido fusionando progresivamente (esta dinámica seguirá en el futuro).
-
Establecen alianzas o acuerdos coyunturales para acciones concretas y para la compra-venta
de productos mensajísticos.
-
Es frecuente que compartan la propiedad de alguna empresa mediática o de otro tipo.
Por ejemplo, Time Warner y Vivendi tienen un punto contacto en la cadena europea de información CNN.
-
Fijan el “orden del día” del mundo a través de sus servicios audiovisuales y de prensa
(News Corporation tiene una fuerte influencia en la agencia Reuters).
-
Influyen en mayor o menor medida en las culturas/mentalidades de los pueblos. Desde
finales de la Segunda Guerra Mundial, vienen construyendo nuestro universo simbólico.
-
Son globalmente locales y localmente globales (el canal de música MTV, propiedad de Viacom-CBS ), tratan de adaptar sus contenidos, en parte a la zona cultural donde se observe.
Sin embargo, la transmisión mensajística es cualitativa y sustancialmente similar.
-
No tienen un contrapoder o contracultura similar a la de ellos.
-
El receptor está obligado a contrarrestar sus posibles influencias negativas recurriendo
a otras fuentes de formación y de información.3
Los mayores grupos de comunicación han crecido en términos absolutos y relativos,
pues no solo han aumentado su tamaño y facturación, sino que, además, han ensanchado
su relevancia en el conjunto del mercado. Los grandes consorcios mundiales de la comunicación
que podemos mencionar actualmente son:
-
Time Warner-TBS-AOL-EMI. (EUA-Inglaterra),
-
Viacom-CBS. (Estados Unidos).
-
Bertelsmann. (Alemania).
-
Fox-Disney. (Estados Unidos).
-
News Corporation. (Inglaterra-EUA).
-
NBC-Vivendi Universal. (Francia, Canadá, EUA).
Estos seis grupos controlan la comunicación de manera global, además de tener relaciones
y convenios e intereses económicos en otros sectores del mercado mundial, es decir,
diversifican sus posibilidades de expansión comercial con otros grupos empresariales
independientes, pero en una red global que involucra una distribución de sus productos
con una información industrializada.
La situación del pluralismo y la concentración en Europa
Tras la posguerra, en los años 60 y 70, algunos países del viejo continente empezaron
a interesarse en los posibles efectos negativos del ramo de las comunicaciones y de
la libertad de expresión. Lo anterior inspiró a instituciones europeas al estudio
filosófico de la dualidad entre el pluralismo y la concentración. Por un lado, el
Consejo de Europa fundamentó toda su acción en la defensa de principios tales como
la libertad de información y de comunicación y, por otro, el Consejo de la Unión Europea
estableció su acción en objetivos económicos o industriales (como la constitución
de un mercado interior, o la búsqueda de grupos de comunicación suficientemente potentes
para competir con los grupos norteamericanos).
Esta doble naturaleza quedó patente en la existencia de una dualidad de organismos
de regulación, uno para el audiovisual público y otro para el privado, como es el
caso de Gran Bretaña, Finlandia y Luxemburgo. Mientras, las televisiones públicas
debieron cumplir objetivos relativos a la defensa del pluralismo y la potenciación
de la industria audiovisual. En las televisiones privadas estos objetivos no siempre
son de obligado cumplimiento, al menos de hecho. Los informes presentados en 1970
y 1978 por las instituciones europeas antes mencionadas así como los informes nacionales
de Francia y Alemania dejaron un referente sobre los estudios de las nuevas empresas
mediáticas, su constitución, sus funciones, y de la forma de regular sus actividades
en el nuevo contexto mundial. Junto con estos informes aparecen los primeros estudios
académicos sobre transparencia en las empresas mediáticas de M. H. Seiden (1974), los efectos de la concentración mediática en el sistema político de Shiller (1976),
y la homogeneidad de los contenidos informativos por Gormley (1976). En España, los
estudios de Enrique Bustamante, Ramón. Zallo, J. C Miguel son importantes aportaciones;
centraban sus análisis específicamente en los aspectos negativos sobre la concentración
mediática desde un enfoque cualitativo. Los aportes describían una concentración de
los medios de límites nacionales hasta en ese entonces, principalmente estaban enfocados
en la concentración de las empresas mediáticas de prensa escrita y garantizar el pluralismo
informativo.
Durante los años 80, aparecieron nuevas interpretaciones académicas que seguían con
las mismas directrices nacionalistas, desde una óptica cuantitativa, sobre la concentración
de los medios europeos. Con la “teoría crítica”, y desde una visión neomarxista, se
vino a dar una apertura metodológica en cuanto a las directrices con las que se analizaban
los medios, principalmente desde la economía política, que sería a través de la cual
se presentarían nuevas categorías, distintas a las clásicas, para el análisis de las
empresas de medios de información. Los autores más importantes en esta línea fueron
M. Mattelart, J. Currant, J. Seaton y B. Bagdikian, por mencionar algunos. En las
década de los años 90, existieron aportaciones que ampliaron el análisis metodológico
en diferentes ámbitos (estructuras de medios nacionales, legislación, audiencia y
sobre el nuevo orden de la información mundial, propietarios/grupos de poder y transparencia
en la publicidad)4 en las empresas mediáticas, concurriendo estudios más amplios, llevados a cabo por
el Instituto Europeo de Medios en más de 17 países de Europa.5
En la primera década del siglo XXI, aparecen en Europa los cambios en las empresas
mediáticas de relevancia mundial con los siguientes aspectos que no habían despuntado
con suficiente fuerza en las décadas anteriores: globalización de los mercados, aparición
de nuevas tecnologías de la información, concentración global de empresas, una legislación
desfasada entre empresas de medios y el nuevo marco regulatorio mundial y el empoderamiento
de las agencias publicitarias con respecto a los demás elementos del sistema.
La situación del pluralismo y la concentración en España
En España, lo primero que cabe señalar es que la existencia de los principales grupos
empresariales de medios del país (PRISA, Grupo Vocento, Grupo Planeta) están entre
los más importantes del sector mundial, y sus procesos de integración vertical los
han colocado en una situación privilegiada frente al resto de competidores. Al mismo
tiempo, los grupos multimedia se están estirando en horizontal llegando a más nichos
de mercado, todo parece indicar que la corriente de consolidación continuará y que
los grandes consorcios mediáticos serán cada vez más grandes, gracias sobre todo a
su dominio del campo audiovisual y a su diversificación multisectorial.
Desde que España entró a las comunidades democráticas en 1977, su proceso de crecimiento
mediático ha sido preponderante, tal ha sido que los posteriores gobiernos han buscado
alguna relación entre los nuevos grupos mediáticos para aprovechar sus estructuras
de manera conjunta. Por lo cual, no es de extrañar que se creara un marco ad hoc de expansión de los medios en España, no solo en los rubros de las televisoras públicas,
sino también en lo económico (con el aumento del empleo en el nuevo régimen, aparecen
más medios en el espectro social y se difunden las nuevas bondades de la democracia),
sustentado por el nuevo modelo económico de libre mercado, donde los medios establecieron
una estrecha relación con el nuevo sistema político capitalista.
No obstante, la burbuja económica antes de la crisis de 2008 y de las proliferaciones
de los llamados “chiringuitos”6 mediáticos a nivel local, relacionados con el boom inmobiliario, reventó a mediados de la primera década del siglo XXI -ocasionado por
una falta de objetivos éticos y profesionales, principalmente en los impresos-, lo
cual repercutió en el ámbito de las empresas mediáticas. La Unión Europea, a través
del Instituto Universitario Europeo, expuso que el gobierno español debía trabajar
más en la legislación sobre la poca pluralidad existente en los medios actuales, así
como en la opacidad y asignación del reparto de publicidad pública, y tanto como en
una observación sobre la similitud con otros países de Europa donde hay una gran concentración
de empresas mediáticas y además de una crítica a la “ley mordaza”.7 El instituto dice que el 58% del mercado mediático está controlado por tres empresas,
encontrándose un cruce de propiedades entre las empresas mediáticas, y no hay una
ley que impida esta situación, así como tampoco existe una ley sobre la transparencia
y la propiedad de los diarios escritos y digitales.8 El informe plantea que no hay una separación clara entre el gobierno y los medios
estatales, al darse una reforma legal (que más bien fue un decreto real), para determinar
quién sería el presidente de la radio y televisión española (RTE), sin un consenso
legislativo; además de que el gasto que se le asigna a su servicio público no tiene
un organismo que lo fiscalice de forma directa sin tomar en cuenta la cuota de audiencia
de medios. Un ejemplo es el siguiente Cuadro (1), donde se muestra el gasto en la legislatura anterior sobre asignación de publicidad
institucional, vemos que el primer diario tiene menos difusión que los tres posteriores
y aun así recibe más apoyos públicos:
Cuadro 1
1.- La Razón |
549,000
|
2.- El País |
400,000
|
3.- El Mundo |
400,000
|
4.- 20 Minutos |
350,000
|
Podemos decir que en España hay una subvención tanto por parte del gobierno central
como de los gobiernos autonómicos (Madrid y Catalunya), tal y como lo señala un artículo
publicado recientemente en las redes sociales.9 En cuanto a la “ley mordaza”, el estudio enfatiza que podría inhibir la libertad
de expresión en asuntos
públicos y de interés social entre los ciudadanos y limitar el ejercicio periodístico
sobre las actividades políticas y judiciales. Todos estos aspectos hacen que España
sea considerada, no solo por la Unión Europea sino también por el New York Times,10 como poseedora de una imagen de poca credibilidad en cuanto a su pluralismo informativo,
equiparada con Rumania, Polonia y Lituana; sin embargo, hay aspectos que son dignos
de considerar en el periodismo español como el haber sacado a la luz los “papeles
de Panamá” y la cobertura sobre la corrupción en el sistema político actual;11 aun así, existe una percepción entre la sociedad española de desconfianza equiparada
de igual forma a la visión que tiene sobre sus políticos.
La situación del pluralismo y la concentración en Latinoamérica
Las investigaciones de César Bolaño y Guillermo Mastrini (2002), Martín Becerra (2006), y Enrique Sánchez Ruiz (1992) han venido ilustrando la verdadera naturaleza y función productiva del sistema mediático
en América Latina. Ellos han establecido varios enfoques con los que se han hecho
aportaciones importantes al campo académico de las ciencias sociales,12 con énfasis en los medios de comunicación. América Latina ha sido una región de cambios
socioculturales y tecnológicos en los últimos cinco lustros, pero también hay un déficit
de estudios que aborden los medios escritos desde el punto de vista de la economía
política. Hay, es verdad, un afán por describir la relación entre medios de comunicación
y poder político. En ningún otro lugar de la Tierra se ha dado tanto énfasis al estudio
sobre la relación entre estos dos sistemas coadyuvantes, al mismo tiempo que se ha
ido formando la existencia de una escuela muy diferenciada y significativa de las
escuelas anglosajonas.
La definición funcionalista desarrollista en los años 70, sobre el progreso de los
llamados “países del tercer mundo”, originó la necesidad de hacer propias evaluaciones
de la economía política de los medios de comunicación, desde un enfoque social neo-marxista,
distinto a la visión del dominio capitalista.13 Latinoamérica, según Eduardo Galeano (1971), tiene rasgos en común, una historia colonial compartida, un idioma, una cultura,
una religión, pero también una historia de cambios sociales y políticos muy estrechos,
su independencia de la Corona española, sus revoluciones internas; así como, sus personajes
de poder político, caudillos idealizados y dictadores odiados. Una sociedad mestiza
con características de añoranza europea y de rescoldos monárquicos, que contiene en
sus vigentes instituciones, políticas, económicas y sociales una incongruencia de
intereses con la sociedad actual. Estas características relacionadas con los intereses
históricos, siempre privilegiados al extranjero (el azúcar en Cuba, el petróleo en
México y Venezuela y la madera en Brasil), ofrecen un contexto general para poder
entender y analizar el tipo de relaciones que se dan desde entonces hasta ahora en
Latinoamérica, principalmente entre los medios de comunicación, el poder político
y el económico.14
La primera mitad del siglo XX en Latinoamérica fue aprovechada para la transmisión
de ideas políticas (al igual que en los países de Europa se difundió el fascismo)
en los países más desarrollados en ese entonces como Argentina, Brasil, Chile, México
y Venezuela, con el nuevo esquema populista de orden económico y político, a través
de los nuevos medios de comunicación con mayor alcance como el cine y especialmente
la radio. Estos medios de comunicación
generaron una difusión de las políticas nacionalistas de los Estados latinoamericanos,
aprovechando el contexto que se vivía en Europa ante el avance del socialismo y el
fascismo. La radio tuvo desde México a través de la XEW -la voz de América Latina-
la integración de un panamericanismo.15
Después de la Segunda Guerra Mundial y la victoria militar de EUA, el capitalismo
de los vencedores tendría dos enfoques distintos. Para la Europa en banca rota y la
industria devastada por la guerra, la trasmisión del ideal democrático americano16 y una reducación y desnazificación de los vencidos, así como un apoyo económico a
través del Plan Marshall por parte de Estados Unidos; mientras que para Latinoamérica, hubo un apoyo a los
gobiernos populistas de tinte dictatorial,17 pero con intereses económicos capitalistas, por parte de los Estados con gobiernos
militares, por cuestiones de permisos para la explotación de sus recursos naturales,
donde se consintió la violación a los derechos humanos. Los medios de comunicación
pasaron a ser portavoces de las políticas públicas populistas, durante este periodo
y en los siguientes 30 años se daría el advenimiento y consagración de otro medio
de comunicación como la televisión, que vendría a rivalizar con los antiguos medios
(radio, cine y prensa), pero no sería de riesgo informativo o de apertura democrática
sobre la situación social, económica y política, sino más bien de apoyo a las políticas
públicas estatales de intereses particulares de los nuevos empresarios mediáticos.
La concentración y empoderamiento de los medios de comunicación, bajo la tutela de
los gobiernos a través de concesiones y la utilización de medios para sus políticas,
fueron sin duda lo que marcó este periodo antes de que se diera un cambio en la concepción
sobre el poder público de los medios y sus responsabilidad ante la sociedad, como
difusores de la democracia, aunque en un terreno infértil para ello.18
Harvey (2017) sostiene que el neoliberalismo no se ha visto determinado por regímenes políticos
específicos, pues tiene la capacidad de asentarse tanto en democracias como en dictaduras,
lo cual lleva a pensar que para el caso específico de las democracias, la participación
de los sujetos se vuelve crucial para su legitimación. Las políticas neoliberales
causaron el aumento de la pobreza, que en algunos países alcanzó el 50% de su población
y la ampliación de la brecha social entre pobres y ricos. En el plano económico, los
efectos más graves fueron el quiebre de las industrias locales, las privatizaciones
indiscriminadas y el aumento de la deuda externa con el Fondo Monetario Internacional
(FMI). Por su parte, la conversión de los medios en empresas neoliberales tuvo dos
aspectos importantes: el primero obedece a un protagonismo de las telecomunicaciones
en el desarrollo económico en Latinoamérica, y, el segundo, al avance tecnológico
y a la desregulación con respecto al marco legal que definía su funcionamiento y relación
con el Estado.19
Estos pilares neoliberales estaban enmarcados en otros principios ideológicos que
sostenían el nuevo modelo económico: alejarse de los movimientos de izquierda y nacionalismos
radicales (como la revolución socialista en Cuba), así como también desterrar los
argumentos en contra de esta postura económica de la escuela keynesiana de la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). El método utilizado para estos
cambios fue una primera fase de reformas antinflacionarias, luego vinieron las privatizaciones,
la apertura comercial y la flexibilización laboral. El establishment capitalista transformó estos principios en un libreto para toda la sociedad. El mismo
relato fue expuesto por los gobernantes en cada una de sus naciones latinas, transmitido
en las escuelas como dogma, enaltecido en las universidades y popularizado por los
medios de comunicación y sus analistas tecnócratas. Durante los años 80 y los 90,
las nuevas industrias culturales bajo el nuevo modelo económico tuvieron un crecimiento
exponencial, la adquisición de satélites propios, televisión por cable, fibra óptica,
antenas parabólicas, lo cual condujo a la existencia de una nueva forma de entretenimiento
social, sin la participación estatal.
En la primera década del siglo XX, el medio más popular por sus alcances sociales
y por la esperanza de que se convirtiera en un medio de comunicación que revolucionase
las desigualdades sociales y económicas fue la Internet.20 Su uso ha ido creciendo en los últimos cinco años, aun cuando existen grandes diferencias
por regiones a su acceso, esto es, su conectividad no es homogénea en todos los países;
La CEPAL admite que la penetración de Internet en las regiones es distinta, debido
a la distribución del ingreso de los países y la localización geográfica de los hogares
en los que aún no se logra el acceso. Los grandes grupos mediáticos en Latinoamérica
que controlan las empresas más importantes del mercado generan una concentración de
monopolios. Esta relación puede ser vista desde la condición asimétrica del poder
que mantienen los grupos económicos dominantes. Sin embargo, no se puede obviar la
importancia social que tienen los medios de comunicación social y mucho menos negar
la relación existente entre la industria informativa y el sistema económico neoliberal
imperante.
En América Latina, no fue hasta la década de los años 80, cuando se observó un desplazamiento
de los medios escritos de las formas estatales y familiares a las de la corporación
y, después de consolidarse como grandes empresas informativas, fue que empezaron su
concentración. El autor Miguel de Bustos (1993)) identifica las siguientes causas económicas del origen de los grandes grupos de
“infocomunicación”:
-
⫸ La necesidad de responder a la globalización de mercados progresivamente liberalizados.
-
⫸ El deseo de incrementar el tamaño y la capacidad económica de las empresas de comunicación,
que al operar como grupo pueden incrementar sus mercados y sus audiencias, determinando
un mayor beneficio en la espiral audiencia-tirada/publicidad/ingresos.
-
⫸ La búsqueda de economías de escala, las cuales consisten en aumentar la producción
para disminuir significativamente los costos de elaboración de un producto, en este
caso, de un periódico.
Sin embargo, en la prensa escrita, especialmente en los periódicos de Latinoamérica,
se pueden identificar otras causas de centralización:
-
El alto costo de producción de contenido (noticias). Para que una empresa de información
escrita sea capaz de producir su propio contenido es necesario contar con el capital
suficiente. Sin embargo, debido a los altos costos que esto implica, provoca que los
grandes consorcios tengan poca competencia, centralizando su poder económico y mediático.
-
La falta de leyes antimonopólicas o de regulación de la expansión de los grandes consorcios
mediáticos.
-
El involucramiento de los estados autoritarios en el manejo de contenidos. El gobierno
y medios están involucrados en una relación de beneficios mutuos en la que el gobierno
obtiene espacio en el contenido del periódico buscando el consenso ciudadano y el
corporativo obtiene recursos extra, a ninguno de los dos les convendrá que entren
nuevos medios con los que no se tienen este tipo de convenios, evitando así la diversidad
mediática.
Los efectos de la centralización de la prensa se pueden percibir en dos importantes
sectores: el de la información y la economía. El primero se muestra en el instante
en que cada vez menos grupos o personas son dueños de los periódicos, haciendo que
se centralice y, por tanto, limite la producción de la información. Esto tiene como
consecuencia la falta de pluralidad de los discursos y posturas, la posibilidad creciente
de un sesgo en la información y el riesgo de que los medios solo representen o difundan
la visión de las élites sociales, dueñas de los consorcios mediáticos. Desde la perspectiva
económica, la concentración mediática implica la creación de grandes consorcios y
empresas de gran poder en el mercado, lo cual no solo impide la posibilidad de que
periódicos emergentes puedan competir contra ellos, sino que convierte a estas corporaciones
en personajes importantes en la escena pública, en constructores de opinión pública
y en influyentes en la gobernabilidad del Estado en el que se erigen. Como se ha dicho
anteriormente la prensa se ha transformado en el cuarto poder. Otro efecto económico
de la centralización mediática en la prensa es que los grupos concentrados suelen
disponer de una situación financiera holgada, lo que les permite desarrollar políticas
de precios predatorias. Esta práctica se aplicó en la prensa diaria inglesa con la
desaparición de importantes matutinos londinenses y la asfixia de otros.
Un estudio realizado por el Banco Mundial destaca que América Latina es la región
con menor participación del Estado en la propiedad de los medios gráficos y audiovisuales,
esto explica en parte la presencia de grandes consorcios de prensa como El Clarín en Argentina y el Globo en Brasil. En algunos países de Latinoamérica (Brasil, México y Venezuela) se han
centralizado los medios de información (ver Cuadro dos), sin embargo; con las nuevas tecnologías y el auge de las redes sociales, se construye
una realidad que confronta el autoritarismo de estas empresas. La centralización mediática
de la prensa tiene varias repercusiones como la tendencia a la comunicación vertical
y autoritaria por los grandes y apoderados consorcios mediáticos, la hegemonía de
una visión y discurso mediático (falta de pluralidad discursiva) y la consolidación
de estos consorcios como el cuarto poder dentro de los Estados Nación. En América
Latina la centralización mediática es una condición que se repite en varios países
debido a diversos elementos, principalmente jurídicos, que lo permiten. Entonces,
las preguntas que se alzan sobre esta realidad son: ¿qué consecuencias tiene la centralización
en la democracia y la ciudadanía?, ¿cómo equilibrar el poder de las instituciones
de información? Una situación donde la responsabilidad del Estado es evidente; sin
embargo, el enfoque para revertirlo no puede ser meramente económico, según indicó
el investigador y docente argentino, Guillermo Mastrini (1999).
Cuadro 2
Descripción de los principales grupos de comunicación en Latinoamérica.
País
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Grupo/familia
|
Descripción
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Conexiones
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Televisa/Azcárraga
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Año de creación: 1930. Rubro: tv, radio, revistas, editorial televisa, cine, video,
música, espectáculos, telefonía, deporte, sitios web. Produce y transmite vía satélite
a nivel internacional a Europa, América y Asia. Otros: play city, lotería en línea,
socio volaris. Filantropía: Fundación Televisa. Venta anual: más de 350 millones d/d.
|
Tiene alianzas con New Corp, Time Warner y PRISA. Galavisión. EUA. La Sexta. España.
Chile visión.
|
México
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TV Azteca/Salinas-Pliego
|
Año de fundación: 1993. Rubro: televisión, música, mueblerías, bancos, telefonía celular
e Internet.
|
Llega a Sudamérica y Estados Unidos. Alianza con America Network.
|
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OEM/Vázquez Raña
|
Año de creación: 1976. Rubro: prensa y revistas.
|
Control en más de 80 diarios a nivel nacional.
|
|
Carso/Slim
|
Año de creación: 1980. Rubro : Telefonía celular satelital.
|
Influencia en muchos países de América y Europa. Alianza con Telmex y Telefónica de
capital español. Así como con Latin America News Corporation de Murdoch.
|
|
Abril/Civita
|
Año de fundación: 1950. Rubro: editorial educativa, libros, revistas, es la mayor
empresa editorial en Brasil, con tintes educativos, y actividades de diversión. Su
editora Abril pública: Veja, Placar, Elle, Playboy, Vip y Salud Masculina. Posee MTV Brasil, portales web, y varias editoriales gráficas y educativas.
|
Alianza con grupo francés Legardere, acciones con Fohla y el Clarín en UOL. (Universo
on line).
|
Brasil
|
Globo/Mariho
|
Año de fundación: 1925. Rubro: radio, música, Internet, TV por cable, TV satelital.
Productora y distribuidora televisiva y de cine. Agencia de noticias, prensa diaria.
Revistas. Parques temáticos, telefonía. Sitios web. Bancos, mercado inmobiliario.
Industria alimenticia. Filantropía. Ventas anuales más 850 millones d/d.
|
Tiene alianza con editoras en Europa, especialmente con alemanas.
|
|
Fohla/Frías de Oliveira.
|
Año de fundación: 1986. Rubro: prensa, portales web de información, empresas tecnológicas
para el comercio y pagos electrónicos. Juegos, web de contactos y bases de datos, asesoramiento en tecnología de la información.
|
Alianza con Grupo Abril, accionista mayor de UOL. (Universo on line). La compra de
Video Broadband Networks, la convierte en la 3era mayor empresa en América Latina.
|
Venezuela
|
Cisneros/Cisneros
|
Año de fundación: 1929. Rubro: medios de comunicación y entretenimiento, telecomunicaciones,
productos de consumo y bienes y raíces. TV, canales de cable latinoamericanos. TV
satelital, productora de TV. Radio. Deportes: béisbol sitios web. Otros: cervecera
regional, minería, cosméticos, tiendas de video y supermercados. Ventas:3,500 mill
d/d.
|
Influencia en Europa, América y China. Alianza con America Online Inc., AOL Time Warner
Inc. The Coca Cola Company. Play Boy franquicia. Chile visión, Univisión, Universal
Music. Veneviòn continental: canal Chile, Colombia, y Uruguay.
|
Argentina
|
Editorial perfil S.A/ Fontevecchia
|
Año de fundación: 1976. Rubro : revistas, libros, periódicos.
|
Influencia en Sudamérica. Alianza con Grupo Abril y Fohla bajo el proyecto UOL.
|
Clarín/Magneto, Herrera de Noble
|
Año de fundación: 1945. Este grupo conformado oficialmente en el año 1999. Rubro:
los diarios Clarín (el diario de mayor circulación en Latinoamérica) y La Razón, la empresa Artear, que opera y comercializa el canal de aire El Trece de Buenos
Aires y la señal de cable. Todo Noticias, televisión por cable Cablevisión, junto
con decenas de empresas editoriales, radio y televisión, Internet, telecomunicaciones,
imprentas gráficas, correo tradicional y servicios de tercerización. Ventas anuales
: 230 mill d/d.
|
Para 1980 el Grupo Clarín se diversificó enormemente a partir de 1990, cuando entró
en el rubro de la televisión con la adquisición de Canal 13, y se adentró también
en la radio con la compra de Radio Mitre. Siguiendo su expansión en la televisión
por cable en 1992 (Multicanal), Todo Noticias (el canal de noticias del grupo) El
conglomerado maneja Patagonik Film Group.
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Colombia
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Bavaria/Santo Domingo
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Año de undación: 1997. Rubro: medios y entretenimiento, industria comercio, servicios.
Logística y transportes, agroindustrial e inmobiliario. TV caracol, y Caracol radio,
posee el diario El espectador, y la revista Cromos.
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Alianza con grupo Cisneros de Venezuela, inversiones con UOL y tv peruana y portuguesa.
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Chile
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Mercurio/Eastman
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Año de fundación: 1900. Rubro: medios de comunicación. Prensa, radio, tv por cable,
telefonía, Emol portal de Internet. Es el conglomerado mediático más importante, posee
el diario editado en español más antiguo de América.
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Alianza con el grupo español PRISA.
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Copesa/Pico Cañas
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Año de fundación: 1950. Rubro: medios de comunicación. Prensa, (la tercera, la cuarta,
la hora, posee otro medio de multiplataforma: pulso. Revistas: Qué pasa? El grupo también incursionó en radio con la emisora Radio Zero. Sus últimas inversiones
se han producido en Internet con las ediciones digitales Mouse.Digital.
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Alianza con la Universidad de la Concepción. Controla Corpbanca. Org. financiera con
sucursales en Venezuela. Es dueña de la Universidad Andrés Bello.
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Ecuador
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El comercio/mantilla Jácome.
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Año de fundación: 1906. Rubro: medios de comunicación. Prensa, radio, TV. Posee portales
web.
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Está afiliada a la cadena SOLAR (Sociedad Latinoamericana de Radiodifusión) tiene
enlace directo con toda América Latina y es miembro principal de Ecuadoradio. Radio
Platinum.
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El problema es que los políticos tienen una doble dimensión: por un lado, pueden estar
de acuerdo con mayor libertad de expresión y menos concentración, pero saben que su
carrera está determinada por los mismos medios y en última instancia tratan de no
confrontarse con estos conglomerados. Por lo mismo, sus declaraciones suelen ser más
bien “timoratas” respecto de lo que finalmente terminan haciendo. La concentración
mediática es un proceso de centralización y apoderamiento por pocas personas o grupos
hegemónicos de los medios de comunicación de distintos tipos. Esta conducta tiene
su origen en el surgimiento de los medios como instrumentos de comunicación masiva,
reforzada por la universalidad del liberalismo capitalista y más tarde, por la globalización;
a partir de este momento, los periódicos y demás medios se revelaron como formas de
negocio y poder social.
La situación del pluralismo y la concentración en EUA
En Estados Unidos de Norteamérica, la prensa, protegida legalmente por la 1era enmienda
de la Constitución, nos ofrece una historia de su mutación genética actual, es decir;
para poder entender su ADN liberal, se tiene que entender cómo surge auténticamente
y los elementos estructurales que la conforman. La bonanza económica en la década
de los años 20,21 dio pie a los futuros monopolios informativos y fusiones a gran escala, convirtiéndose
en un modelo de éxito económico, así como un gran poder para las élites empresariales,
tanto dentro del propio país como fuera de sus fronteras en la pudiente nación capitalista.
Entre los nuevos empresarios de la prensa escrita, que se peleaban por obtener las
mayores ganancias en sus tirajes se encontraban:
El ahora admirado Joseph Pulitzer y el denostado William Randolph Hearst. Pulitzer
será el primero en hacer ese periodismo moderno -o de masas- en el que el sensacionalismo
estará presente a través de grandes fotos y titulares cuya misión es destacar la noticia
de interés humano, provocada, deformada o incluso falsa. (Segovia 2001, 255)
Los mass-media, como se conocen en el argot estadounidense, están orientados a obtener una alta
rentabilidad a un menor costo. El nacimiento de esa nueva forma de considerar el periodismo
va también unido a una nueva forma de financiación: la publicidad. De este modo, la
prensa pasa de una dependencia política o de ayudas estatales a una dependencia estrictamente
económica (Segovia 2001). A partir de los años 70, la prensa escrita sufre una considerable transformación,
el crecimiento de los grandes consorcios editoriales se ve emparejado a una fusión
entre diferentes medios de comunicación con un solo dueño: radio, televisión y prensa.22
Esta concentración de poder mediático está íntimamente ligada a las élites como diría
Mills (1993). Los grupos de poder en la sociedad más capitalista por antonomasia, se fincaron
en una red que involucra violaciones y corrupción al marco jurídico, pero también
se fundó en una actitud de poder antropológico, que solo el ciudadano estadunidense
comprende (en su American Dream). Estos grupos de poder están compuestos por individuos organizados en asociaciones
anónimas, que utilizan los medios de comunicación como válvulas de escape de forma
lenta y matizada; alejando a los ciudadanos de la vida pública, obteniendo toda la
responsabilidad en su vida diaria.23 A finales de los años 80 y principios
de los 90, la influencia económica de las empresas mediáticas generó el interés de
regular sus actividades a través de un marco legislativo que establecía sus límites
ante al gobierno y las demás empresas. Tanto la radio como la televisión fueron puestas
a discusión, también en cuanto a su contenido, licencias, así como el límite de propiedad
que podía tener cada empresa, lo cual permitió el ingreso de nuevos accionarios a
los medios de comunicación.24 Por ejemplo, la ley, durante el mandato de Bill Clinton, presentaba cuatro grandes
enfoques que podemos considerar como propios del neoliberalismo:
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⫸ Poseía un apoyo ideológico desde la postura neoliberal, estableciendo las categorías
esenciales para su desarrollo.
-
⫸ Era una clara ley que promovía el libre mercado y competencia entre aquellos empresarios
que deseaban ser parte de los medios.
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⫸ Reducía los costes tras la fusión entre empresas y liberalizaba las tarifas.
-
⫸ Abría las restricciones legales que antes existían para las empresas de televisión
por cable, así como un marco jurídico para las nuevas tecnologías de la información.25
El antecedente de autonomía y descentralización de las empresas mediáticas en EUA
ha tenido una característica distintiva de los demás países, en donde su proceso regulatorio
y en ocasiones contradictorio ha tenido tres fases visibles: a) el modelo de libertad
de prensa, aplicado a los medios gráficos que defiende la Constitución; b) el modelo
que regula la infraestructura pero no el contenido, y, c) el modelo de emisión, regula
el contenido y algunos tipos de libertad de expresión. Según McQuail (1998), el cuarto poder, como ha sido llamado el ejercicio periodístico en EUA, ha tenido
una trayectoria importante en la vida social de la Unión Americana, como una actividad
de libertad a las garantías individuales. Con excepción de la investigación de la
Commission on Freedom of the Press en 1947, donde su fundamento de responsabilidad social perdura hasta la actualidad,
así como los criterios de acción para los responsables de dichos medios; no obstante,
existe una ambivalencia e incoherencia para reconocer las amenazas a la libertad de
expresión que surgen del proceso de monopolización de la misma prensa.
Análisis de la crisis de la prensa de papel
La situación económica de las empresas mediáticas dedicadas al periodismo impreso
desde mediados de la década pasada en América y especialmente en España afectó de
manera directa sus diarios más importantes (El Mundo, La Vanguardia, El País, ABC). En 2017, durante el mes de mayo, el consorcio PRISA con su diario más influyente
El País tuvo una reducción del 18% de ejemplares vendidos por debajo de los 100 mil; de igual
forma en cuanto a su difusión (vendidos más difusión gratuita) de cerca de 175 mil
han sufrido una caída de casi 11%, según datos de la OJD (Oficina de Justificación
de Difusión). El diario El Mundo también tuvo una caída considerable de venta y difusión de 14% y 11%, respectivamente,
el diario ABC del grupo Vocento tiene de igual forma una reducción en ambos rubros de 11%, respectivamente;
por último, el diario La Razón, de grupo Planeta, tiene una caída de casi 20% y en cuanto a su difusión también
cae un 18%.
Estas cifras muestran que el hundimiento de la industria periodística del papel es
un suicido anunciado, los medios de comunicación tradicionales, que por décadas construyeron
y moldearon una opinión pública, han tenido en la última década una caída en su producción
editorial, contra el paulatino aumento de las TICs, donde la Internet es el medio
por el cual actualmente se busca estar informado de lo que sucede de forma instantánea
y de libre acceso a diferencia del clásico tabloide de papel. La consecuencia ha sido
el despido de miles de puestos de trabajo en la industria de los medios de comunicación
desde el inicio de la crisis en el 2007, esto ha venido siendo un fenómeno que afectó
con mayor fuerza en los medios impresos; sin embargo, el análisis no puede estar lejos
del problema del actual modelo económico neoliberal que afecta no solo a estas industrias,
sino a una gran cantidad de empresas que sufren la crisis del neocapitalismo. El fenómeno
tiene elementos que configuran una problemática homogénea, una burbuja laboral sostenida
sin una ética profesional, sueldos altos por ejecutivos sin referencia real de su
producción y una desorientación legal-laboral en cuanto se produjeron los cambios
económicos sobre la propiedad de las empresas a nivel mundial. Estas características
son viables para cualquier empresa que se mueva en el actual sistema económico y,
por ende, en las empresas mediáticas.
El ejemplo más claro es el grupo español PRISA, uno de los consorcios más poderosos
a nivel mundial, donde percibió una deuda por más de 5 mil millones de euros y la
auto asignación de un salario por parte de su ejecutivo general equiparado al ramo
financiero,26 junto a ello, la formación de un grupo de bancos que se han apoderado de la mayoría
de las acciones de la empresa editorial. Aun muchos analistas consideran que el problema
no puede ser visto solo desde una postura en contra del advenimiento tecnológico de
las redes sociales, sino como una consecuencia del manejo financiero tan voluble que
se presenta en el actual escenario neoliberal.
Por último, la crisis del periodismo de papel no solo es por el advenimiento de las
nuevas tecnologías junto al modelo económico imperante, ni sus consecuencias y estabilidad
dependen totalmente de ello. Los medios de comunicación en la próxima década serán
distintos a los de hoy, tendrán el poder de ser parte de la vida cotidiana en sus
actividades normales; no obstante, el cambio cultural será demoledor para las industrias
de la información que no basen sus noticias en ámbitos como: la inmediatez de la información,
accesorios tecnológicos accesibles (móviles), editores virtuales de noticias personalizados,
pluralidad informativa en la red. Sociedades modernas como los países nórdicos plantean
un modelo basado en calidad más que en un consumo per se, es decir, el derecho a la información por derecho se enfrenta a los instrumentos
para lograrlo, el costo de la distribución de los contenidos, el salario a los nuevos
periodistas, e infraestructura, lo que obligará a poner más atención a la calidad
de la información.
En España las grandes empresas de medios que sufren pérdidas en sus ventas tendrán
que buscar financiamiento bancario con las posibles consecuencias de lo ocurrido en
1929 (y perder autonomía e independencia de informar la situación por la que pasan
miles de desahucios por culpa de los propios bancos), o fusionarse con conglomerados
globales. El actual sistema de medios en crisis instituido con los rescoldos del antiguo
régimen franquista -la monarquía, las principales instituciones y partidos políticos
y grupos financieros- está ahora roto y no hay un consenso, aun si la credibilidad
de la industria periodística está en duda. La publicidad que antiguamente sirvió para
sufragar los gastos más que las ventas directas se enfrenta a un mercado que busca
información gratuita en las redes sociales, la publicidad cae en la última década
de forma irreversible; pero queda la esperanza de que el periodismo independiente
sea quien dé la pelea y los verdaderos periodistas recuperen la credibilidad perdida
por la actual prensa y ofrezcan historias reales que contar.
Conclusiones
El texto describe que el desarrollo económico -neoliberal- ha permeado el periodismo
occidental. La prensa se ha adaptado a los fines e intereses políticos y económicos,
independientemente de ser medios de información pública, que favorecen a un sector
del mercado de lectores. Los periódicos poseen diferentes niveles de intermediación,
capaces de desarrollar entre los distintos niveles de gobierno y políticos de distintas
ideologías, lo que les da una ventaja para poder continuar su desarrollo como empresas
mediáticas. Dentro de este esquema de interpretación, a partir del análisis elaborado,
se puede señalar que el pluralismo es un concepto sistémico en el que están implicados
todos los componentes que se han considerado en la función del pluralismo.
Los componentes de dicha función tienen un carácter heterogéneo y son regulados mediante
instituciones y prácticas diferentes de acuerdo con su sistema político, por ejemplo:
a) debilidad en la autonomía periodística; b) existencia de una dependencia económica
gubernamental a través de la publicidad; c) no hay una ética profesional definida,
sino que cada empresa periodística posee su propia ética; d) la cercanía con el sistema
político o los otros niveles de gobierno debilitan la autonomía periodística, y, e)
los políticos o grupos de poder siguen siendo los dueños de las empresas mediáticas.
Se puede considerar que el papel de la prensa frente al sistema económico no está
exento de una confrontación a partir de su trabajo, siempre y cuando no afecte sus
propios intereses o una pérdida de autonomía frente a otros diarios; es decir, que
afecte sus intereses frente a otras industrias mediáticas o intereses políticos. El
papel de la prensa será distinguirse frente a los otros medios de comunicación, tomar
una justa medida de interés hacia tal o cual problema político, sin llegar a perder
su credibilidad y su interlocución con la élite política y financiera, así como la
actual capacidad de adquirir información vía digital y satelital. Lo anterior hará
de las empresas mediáticas crecientes, manejar flujos de información privilegiada,
en cualquiera de los diferentes campos o actividad económica, política, empresarial,
federal o local. En la práctica, en la mayoría de los países, los contenidos están
regulados de manera general y se resumen en la vigilancia del número de veces o en
el minutaje o espacio correspondiente a la aparición de los líderes y representantes
de los partidos del gobierno, etc. Convertirse en una arena de discusión entre diferentes
interlocutores será, sin duda, la principal función de la prensa, independientemente
de incrementar su audiencia en anunciantes y lectores.