La movilidad humana y sus características
Históricamente, las poblaciones han enfrentado las migraciones como parte de una búsqueda
de mejoría en sus condiciones de vida, en términos generales debido a problemáticas
políticas, sociales y económicas que atraviesan sus países de origen. Existen diversas
teorías centrales que han construido el andamiaje teórico de las movilidades humanas,
y, como apunta Lizárraga (2018), la teoría neoclásica, la nueva teoría económica de la migración, la teoría del mercado
dual y la teoría de las redes sociales, entre otras, han desarrollado análisis de
las causas económicas, sociales y sus conflictos, riesgos y perspectivas de futuro,
en un plano tanto individual como colectivo.
En ese terreno de análisis hay diversas conceptualizaciones sobre el fenómeno; sin
embargo, generalmente entendemos por un proceso migratorio -causas y objetivos aparte-
a una serie de “desplazamientos de personas que tienen como intención un cambio de
residencia desde un lugar de origen a otro de destino, atravesando algún límite geográfico
que generalmente es una división político-administrativa” (Ruiz García 2002, 13).
Dicho concepto establece, de manera general, la partida, la travesía y llegada de
un migrante a un lugar nuevo en búsqueda de oportunidades; no obstante, es en Vergara (2013) donde obtenemos un enfoque sociológico más integral del proceso cuando reflexiona
en que:
La experiencia del desplazamiento se vive como una salida hacia lo incierto-desconocido
(espacio) y, posteriormente, se lo habita como un nuevo esfuerzo de configuración
-reterritorialización- acompañada por la incertidumbre y la nostalgia iniciales, la
mitificación consecuente de lo físicamente abandonado y, después, por la creatividad
que refunda y reterritorializa, venciendo así al espacio, al modularlo como territorio
y lugares. El mediador empírico entre estas tres formas del espacio es el emigrante,
cuyo viaje, por lo tanto, no es un simple desplazamiento físico espacial sino una
experiencia angustiante y hecho creador, quien (se) redefine (en) el tiempo por la
dialéctica relación entre la memoria y la imaginación. (Vergara 2013, 139)
Dentro de esa experiencia, que HASA (2006) considera como una interrupción de actividades vitales en un determinado lugar geográfico
y su reorganización vital en otro, las personas en movimiento se diferencian entre
sí de acuerdo con sus particularidades y situaciones de vida, existen migrantes trabajadores
residentes o por temporadas, de mano de obra barata (Novelo 2008) o altamente cualificada para los lugares receptores; con documentación regular o
irregular; refugiados y solicitantes de asilo.
Lo anterior nos arroja un amplio panorama que caracteriza los flujos migratorios más
recientes. Al respecto, García Canclini (2000) analiza que “las migraciones del siglo XIX y la primera mitad del XX eran casi siempre
definitivas y desconectaban a los que se iban de los que se quedaban, en tanto los
desplazamientos actuales combinan traslados definitivos, temporales, de turismo y
viajes de trabajo” (García Canclini 2000, 78).
La reflexión de García Canclini conecta y se entrelaza con una conceptualización más
reciente sobre el fenómeno: la movilidad humana, que, como apunta Lizárraga (2018) trata de incluir:
todas las formas de movimiento de personas, como el refugio, la migración internacional,
la movilidad forzada por delitos transnacionales, la movilidad en el marco de sistemas
de integración, entre otras. A su vez, se reconoce que cada una de estas formas de
movilidad está influida por una serie de factores -sociales, políticos, culturales,
económicos, etc.- que no tienen similares características en todos los casos. (Lizárraga 2018, 19)
En el sentido empírico, en esa variación de condiciones se mueven cientos de miles
de personas anualmente, y aunque es complejo trazar un mapeo certero de la migración
internacional, y las metodologías de rastreo suelen tener variaciones importantes,
existen estimaciones que nos permiten establecer ciertas tendencias sobre la magnitud
del fenómeno. En el más reciente Informe sobre las Migraciones en el Mundo (ONU 2018) se desarrolla la siguiente aproximación:
En términos generales, el número estimado de migrantes internacionales ha aumentado
en los últimos cuatro decenios y medio. El total estimado de 244 millones de personas
que vivían fuera de su país de nacimiento en 2015 ha aumentado en casi 100 millones
respecto de 1990 (cuando el total ascendía a los 153 millones) y se ha triplicado
respecto de la cifra estimada en 1970 (84 millones). Aunque el porcentaje de migrantes
internacionales se ha incrementado en todo el mundo durante este periodo, es evidente
que gran parte de las personas sigue viviendo en su país de nacimiento. En 2015, la
mayoría de los migrantes internacionales (el 72% aproximadamente) se encontraba en
edad de trabajar (tenían entre 20 y 64 años); el número de migrantes menores de 20
años (del 17% al 15%) se redujo ligeramente entre 2000 y 2015; y el porcentaje de
migrantes internacionales de 65 años o más (12% aproximadamente) se mantuvo estable
desde 2000. (ONU 2018, 17)
Ya en 2019, según estimaciones de la ONU, el flujo de migrantes internacionales se
situaba en aproximadamente 272 millones, y con un crecimiento actual que avanza más
rápido que el de la población global (2019). Con los datos planteados, podemos constatar
que nos enfrentamos a un fenómeno en constante crecimiento (1 de cada 30 personas
es migrante), y que se aborda desde perspectivas heterogéneas, teniendo en cuenta
los flujos migratorios y las problemáticas que se desarrollan en su seno, especialmente
en relación con los principales países receptores entre los que se encuentran los
de Europa y Asia (75 millones de personas, el 62% de la población total de migrantes)
y América del Norte (54 millones de personas, el 22% de la población total de migrantes)
(ONU 2018, 20).
Migración en tránsito y sus problemáticas
Dentro del fenómeno global de la migración, se despliega el término que nos ocupa
en este trabajo, el de la migración de tránsito que diversos autores han desarrollado;
para Ivakhniouk (2004) en Lizárraga (2018), por ejemplo, se trata de “la migración de personas desde un país de origen/salida
hacia un país de destino/asentamiento a través de países intermedios/de tránsito,
frecuentemente en condiciones inciertas o inseguras: clandestinidad, visa de turismo,
documentos falsos, etcétera” (Ivakhniouk 2004, 22).
En esa línea, uno de los más recientes informes: La situación de los migrantes en tránsito (ONU 2016), establece que el tránsito comúnmente se refiere a “la estancia temporal de los
migrantes en uno o varios países, con objeto de llegar a otro destino definitivo”
(ONU 2016, 5). Y es ese éxodo, el que representa una serie de problemáticas y peligros para la
población migrante, independientemente del hecho de que logren al final llegar a su
meta o no (Cassarino y Fargues 2006).
Se estima, por citar un ejemplo, que alrededor 200 y 400 mil personas atraviesan México
desde Centroamérica para intentar adentrarse en Estados Unidos (2016), enfrentándose
a situaciones que van desde la separación familiar y sus consecuencias psicológicas
como el estrés o duelo migratorio (Achotegui 2009), la discriminación y xenofobia, hasta las más peligrosas.
Entre las formas de violencia -que en ciertos casos entrañan el riesgo de muerte-
a las que se exponen los indocumentados ecuatorianos y los de otras nacionalidades
que migran de modos similares, se incluyen accidentes, hacinamiento, extorsiones,
maltratos físicos y verbales, asaltos, secuestros (que a veces incluyen tortura),
vinculación con redes de trata de personas o narcotráfico, y violaciones. A estas
adversidades se suma el enfrentamiento a condiciones climáticas extremas, diversos
riesgos de enfermedad y posibles ataques de animales salvajes en rutas inhóspitas
(Ramírez y Álvarez 2009, citado en Álvarez Velasco 2009).
Varela Huerta (2016) considera que dentro de ese marco de riesgos, que ha existido por décadas, se hace
referencia a un hito violento en el entorno mexicano que expuso globalmente la problemática
de los migrantes en tránsito:
En el otoño de 2010, la masacre de 72 migrantes en tránsito hacia Estados Unidos ocurrida
en el norteño estado de Tamaulipas visibilizó internacionalmente un fenómeno masivo,
doloroso y producto de múltiples lógicas de impunidad en el corredor migratorio más
nutrido del mundo. Desde entonces y hasta la fecha, las violaciones sistemáticas a
los derechos humanos de las personas migrantes son noticia cotidiana en los diarios,
su erradicación es objeto de diversos discursos de organismos internacionales e incluso
gobiernos. (Varela Huerta 2016, 32)
Esa cotidianidad de la violación sistemática de los derechos de los migrantes en México
es una de las principales tareas a resolver, y es que según diversas organizaciones
civiles y estudios como el de Sánchez (2015) han asentado que México se posiciona como el país más violento del mundo para los
migrantes en tránsito. Con más de 20,000 secuestros de migrantes por año, un aproximado
de entre 72,000 a 120,000 inmigrantes desaparecidos y, desde la intensificación de
la seguridad en las fronteras (2006-2015), el descubrimiento de 24,000 cadáveres en
tumbas anónimas en cementerios municipales, más 40,000 cuerpos no identificados en
las morgues públicas. (Varela Huerta 2016, 5)
Aunado a lo anterior, la movilidad de personas enfrenta los problemas relacionados
con los controles policiales y la securitización de la migración. En palabras de Varela Huerta (2015):
Cuando se habla de la securitización de las políticas de gubernamentalidad de los
movimientos de personas, nos referimos a que las estrategias para controlarla están
basadas en una lógica criminal, porque las reglas y sus desobediencias se traducen
en sanciones del orden de lo criminal en contra, sobre todo, de los migrantes irregulares,
pero también, aunque en menor medida, en contra de contratistas y de traficantes que
transportan por vía área, marítima o terrestre a esos migrantes. (Varela Huerta 2016, 8)
La migración internacional, vista desde la óptica de la amenaza, ha sufrido modificaciones
importantes a partir de la creación de acciones, reglas, leyes domésticas y aumentos
de presupuestos gubernamentales para acabarla o mitigarla pues se le considera un
peligro, todo esto materializado en puntos de supervisión con mayor espectro en aerolíneas
y aeropuertos, controles de visado y fronterizos más estrictos, deportaciones (Coubès 2018), etc. Así como en la retórica a través de discursos oficiales, de algunos medios
de comunicación y de políticas públicas.
Sin duda, la securitización de la migración viene a representar una serie de problemáticas
añadidas a las personas en movilidad; por ende, la migración de tránsito y sus características,
suponen uno de los retos socioeconómicos actuales más urgentes para los gobiernos,
asociaciones civiles, organizaciones no gubernamentales y la sociedad en general,
puesto que visibiliza, además de los peligros latentes, la brecha económica entre
los países receptores y los de origen, poniendo énfasis en los problemas estructurales
como la pobreza, los distintos tipos de violencia, así como los fallos de las políticas
públicas de contención y bienestar social. Coincidimos con Álvarez Velasco (2016)
en que:
La persistencia de la migración indocumentada expresa además una contradicción generada
por la desigual integración económica global característica de la forma actual del
capitalismo. Bajo regímenes de acumulación flexible, las economías de los países ricos
requieren mayores cantidades de mano de obra barata ofrecida por migrantes indocumentados
provenientes de países pobres. Sin embargo, tales Estados -los mayores receptores
de migrantes indocumentados- insisten en detener este tipo de migración, aludiendo
a una supuesta “amenaza” de seguridad nacional que deriva en un incremento de controles
fronterizos y en una virtual imposibilidad de permitir ingresos legales y documentados.
Emerge así una tensión entre la demanda de mano de obra barata y el imperativo de
detener su paso, a partir de que se gesta una serie de consecuencias. (Álvarez Velasco
2016, 3)
La migración en tránsito por países latinoamericanos, especialmente por México, con
el objetivo de alcanzar Estados Unidos, no parece disminuir y, por el contrario, se
hace más notoria, especialmente con el impacto mediático que ha recibido una serie
de caravanas masivas de migrantes, con falta de permiso administrativo (Muñoz Conde
2010), que en busca de protección y mejores condiciones de vida, han sido agrupados
por diversas asociaciones civiles como Pueblo Sin Fronteras, liderada por el activista
Irineo Mujica y que recientemente organizó la Caravana Migrante que movilizó a miles
de centroamericanos.2
El discurso de la migración de tránsito en las canciones latinoamericanas famosas
Como mencionamos al inicio de este trabajo, las canciones como productos simbólicos,
enmarcan una serie de discursos sobre diversas temáticas de la esfera social, en este
caso sobre la migración de tránsito.
A continuación, aplicaremos el modelo descrito en la metodología, y analizaremos las
letras de las cinco canciones latinoamericanas más representativas del fenómeno y
sus particularidades.
1. La canción Mojado de Ricardo Arjona, cuya letra se desarrolla de la siguiente manera:
Empacó un par de camisas, un sombrero, su vocación de aventurero, seis consejos, siete
fotos, mil recuerdos. Empacó sus ganas de quedarse, su condición de transformarse
en el hombre que soñó y no ha logrado.
Dijo adiós con una mueca disfrazada de sonrisa y le suplicó a su Dios crucificado
en la repisa, el resguardo de los suyos y perforó la frontera como pudo.
Coro: Si la luna suave se desliza, por cualquier cornisa, sin permiso alguno, ¿por
qué el mojado precisa comprobar con visas que no es de Neptuno?
El mojado tiene ganas de secarse, el mojado esta mojado por las lágrimas que evoca
la nostalgia. El mojado, el indocumentado, carga el bulto que el legal no cargaría
ni obligado.
El suplicio de un papel lo ha convertido en fugitivo y no es de aquí porque su nombre
no aparece en los archivos, ni es de allá porque se fue. (Coro)
Mojado sabe a mentira tu verdad, sabe a tristeza la ansiedad, de ver un freeway y soñar con la vereda que conduce hasta tu casa.
Mojado, mojado de tanto llorar, sabiendo que en algún lugar espera un beso haciendo
pausa desde el día en que te marchaste. (Coro)
Si la visa universal se extiende el día en que nacemos y caduca en la muerte, ¿por
qué te siguen persiguiendo mojado?, si el cónsul de los cielos ya te dio permiso.
Figura 2
Análisis crítico del discurso de la canción Mojado.
Fuente: Elaboración propia.
Como observamos, después de aplicar el modelo de análisis, la canción desarrolla varias
temáticas en torno a la migración de tránsito de un hombre: el mojado, título con
que el autor, con una carga simbólica importante, hace alusión a una expresión peyorativa
que perdura hasta la actualidad y que fue acuñada por la “Operación Wetback (Espalda Mojada)” del presidente estadounidense Eisenhower, en la que se deportaron
aproximadamente 13 millones de migrantes mexicanos, que supuestamente habían cruzado
por el Río Bravo de manera ilegal (POLITIFACT 2010).
En la continuación del texto se establecen una serie de procesos que van desde el
fracaso, la partida, la despedida y separación de su esposa, la nostalgia, la tristeza
y ansiedad como parte del éxodo, hasta cuestiones relacionadas con la fe, al suplicar
a Dios porque todo salga bien, práctica siempre presente en el imaginario colectivo
de un México predominantemente católico desde tiempos de la Colonia española (Odgers 2013).
Así pues, lo anterior se enmarca en una realidad que se construye en el discurso sobre
un migrante que deja todo, su vida y familia por buscar sus objetivos: mejores condiciones
de vida. Correspondiendo con lo que a nivel teórico se ha desarrollado sobre quien
emigra: generalmente un actor social que se encuentra en la búsqueda de la sustentabilidad
de una familia, intentando ampliar las posibilidades de supervivencia de sus integrantes
y de las generaciones siguientes (Rivera-Heredia, Obregón-Velasco y Cervantes-Pacheco 2009).
Asimismo, el corpus de la canción, retrata las incertidumbres, la búsqueda de trabajo y la disposición
de realizar labores que, según el autor, no realizarían los ciudadanos del país receptor;
fragmento intrínsecamente relacionado con la tendencia de los trabajos poco cualificados
y empleadores que, bajo el análisis de Novelo (2008) presentan una: “duradera y sólida preferencia por la disponibilidad de una mano de
obra barata; en realidad, para ellos es preferible la inmigrante (y, si es indocumentada,
mejor) por cuanto carece de la más elemental capacidad de negociación de sus remuneraciones
frente a los empleadores” (Novelo 2008, 39).
Enmarcados por el contexto anterior, en la letra podemos identificar algunas situaciones
adversas que el hombre encuentra durante su tránsito, y se trata principalmente de
los sueños frustrados en su país, la tristeza y nostalgia que lo acompaña a lo largo
del camino, y la persecución de la migración por su condición irregular.
Escenarios comúnmente asociados con cierto nivel psicológico de vulnerabilidad debido
al estrés y duelo migratorio (Achotegui 2009), que afectan mental y físicamente al migrante al cargar con lo que dejó atrás, lo
sucedido en el camino, y el proceso de adaptación en su nueva residencia que en muchas
ocasiones es de incertidumbre social, laboral y con un alto riesgo a enfrentarse a
la deportación, racismo, xenofobia y prejuicios (Achotegui 2009, 164-165).
De la misma forma, observamos que el discurso no especifica las causas de la partida,
de la migración, que generalmente están relacionadas con la pobreza y la violencia;
además, tampoco desarrolla los peligros y complicaciones que el trayecto presenta,
tales como las extorsiones, violaciones sexuales y derechos humanos, robos con violencia,
entre otros que hemos desarrollado anteriormente con Sánchez (2015).
2. La canción Pa’l Norte, de Calle 13, presenta la siguiente estructura:
Unas piernas que respiran veneno de serpiente, por el camino del viento voy soplando
agua ardiente. El día a día ha comenzado entusiasmado y alegre, dice, pasaporte.
-¿A dónde va por ahí, luminario, en esta noche tan fea?
-Mire cómo está el camino. ¡’Ta anegaito! -No hombre, compa, el camino es lo de menos
-Lo importante es llegar.
Coro: tengo tu antídoto, pa’l que no tiene identidad, somos idénticos, pa’l que llegó
sin avisar, vengo tranquilito, para los que ya no están, para los que están y los
que vienen (x2) Un nómada sin rumbo, la energía negativa yo la derrumbo, con mis pezuñas
de cordero, me propuse recorrer el continente entero, sin brújula, sin tiempo, sin
agenda, inspirado por las leyendas con historias empaquetadas en lata, con los cuentos
que la luna relata, aprendí a caminar sin mapa, a irme de caminata sin comodidades,
sin lujo, protegido por los santos y los brujos, aprendí a escribir carbonerías en
mi libreta, y con un mismo idioma sacudir todo el planeta.
Aprendí que mi pueblo todavía reza, porque las fucking autoridades y la puta realeza todavía se mueven por debajo’ e la mesa, aprendí a
tragarme la depresión con cerveza, mis patronos yo los escupo desde las montañas,
y con mi propia saliva enveneno su champaña, sigo tomando ron. (Coro)
En tu sonrisa yo veo una guerrilla, una aventura, un movimiento, tu lenguaje, tu acento,
yo quiero descubrir lo que ya estaba descubierto, ser un emigrante ese es mi deporte,
hoy me voy pa’l norte sin pasaporte, sin transporte, a pie, con las patas, pero no
importa este hombre se hidrata, con lo que retratan mis pupilas, cargo con un par
de paisajes en mi mochila, cargo con vitamina de clorofila, cargo con un rosario que
me vigila, sueño con cruzar el meridiano, resbalando por las cuerdas del cuatro de
Aureliano, y llegarle tempranito temprano a la orilla, por el desierto con los pies
a la parrilla, por debajo de la tierra como las ardillas, yo vo’a cruzar la muralla,
yo soy un intruso con identidad de recluso, y por eso me convierto en buzo, y buceo
por debajo de la tierra, pa’ que no me vean los guardias y los perros no me huelan,
abuela no se preocupe que en mi cuello cuelga la virgen de la Guadalupe.
Oye para todos los emigrantes del mundo entero, allá va eso, Calle 13.
El discurso desprendido de la canción de Calle 13, escrita en 2007, se centra en la
descripción de la realidad de un migrante que cuenta con valor y protección de diversos
santos, brujos y la virgen de Guadalupe, haciendo énfasis en la diversidad religiosa
que prevalece en Latinoamérica, mencionando la religión católica a la par de la santería
afroamericana practicada en Cuba y Brasil (Garma Navarro 2007); con esa protección simbólica, el migrante enfrenta un camino en el que su identidad
se difumina y se pierde, a la par de sus comodidades, lujos y bienestar emocional,
este último reflejado en la depresión de la que es portador, lo cual nos permite hacer
una relación con la experiencia angustiante (Vergara 2013) y el concepto de estrés y duelo migratorio desarrollado en Achotegui (2009).
Asimismo, se puede considerar que el tema representa la migración como un movimiento
social, de más de 250 millones de migrantes en el mundo. En 2015, según el Banco Mundial (2015), se pone de manifiesto que los políticos, la realeza y los patrones constituyen un
freno a las aspiraciones de bienestar de las personas que, coincidiendo con Peraza (2018) optan “por la migración al ser excluidos del desarrollo nacional de sus lugares de
origen debido, generalmente, al deterioro productivo, la caída del empleo y la merma
de los salarios en países en desarrollo” (Peraza 2018, 35).
Figura 3
Análisis crítico del discurso de la canción Pa’l Norte.
Fuente: Elaboración propia.
El migrante, en su tránsito, lleva como objetivos principales no ser descubierto,
y, por ende, capturado por los agentes migratorios, ni por sus perros, puesto que
no tiene sus documentos en regla. En esas líneas, la canción hace alusión al temor
al fracaso, y a la complejidad de los obstáculos por sortear dentro de una coyuntura
política compleja y una realidad recurrente: la expulsión del país, en este caso de
Estados Unidos, que durante el periodo del presidente Obama (2009-2016) realizó aproximadamente
700,000 deportaciones efectivas (Coubès 2018).
La religión católica tiene una importante presencia en la vida del migrante del relato,
encomendándose a la virgen, que porta en el cuello -como reza el último párrafo-,
para tranquilizar a la familia que se queda, en este caso su abuela. Desvelando una
tradición generacional en la religión de mayor difusión en Latinoamérica desde la
llegada de los españoles, como lo indica Odgers (2013). Sin duda, un indicador que podría situar a la religión en un plano de suma importancia
a la hora del emprendimiento de un proceso migratorio.
De la misma forma, la letra presenta un discurso híbrido entre la narración de la
situación del migrante, y el lanzamiento de consignas de apoyo del artista en primera
persona, como lo establece el inicio del último párrafo y la frase que antecede al
último coro. Esto toma relevancia teniendo en cuenta la trayectoria y evolución del
cantante René Pérez quien se ha caracterizado por su implicación en diversos movimientos
sociales a través de la música, y quien, recientemente, se hizo notar en las protestas
que llevaron a la destitución del gobernador de Puerto Rico Ricardo Roselló.3
Por último, la canción se centra en el punto de partida, el camino y las aspiraciones
del migrante, es decir, en el comienzo y características del tránsito, en una condición
irregular y vulnerable (Lizárraga 2018). Por lo tanto, el tema musical se desarrolla sin abordar las causas de la migración
en los países de origen, dejando fuera de la observación las situaciones que pudieron
haber sido el detonante para partir.
3. El tema musical Clandestino, de Manu Chao, contiene los siguientes elementos para el análisis:
Coro: Solo voy con mi pena, sola va mi condena, correr es mi destino, para burlar
la ley. Perdido en el corazón, de la grande Babylón, me dicen el clandestino, por no llevar papel.
Pa’ una ciudad del norte, yo me fui a trabajar, mi vida la dejé entre Ceuta y Gibraltar.
Soy una raya en el mar, fantasma en la ciudad, mi vida va prohibida dice la autoridad.
Coro: Solo voy con mi pena, sola va mi condena, correr es mi destino, por no llevar
papel. Perdido en el corazón, de la grande Babylón, me dicen el clandestino, yo soy el quiebra ley.
Mano negra clandestina, peruano clandestino, africano clandestino, marihuana ilegal.
Argelino clandestino, nigeriano clandestino, boliviano clandestino, mano negra ilegal.
El análisis realizado a la canción de Manu Chao nos describe una canción con una línea
discursiva en torno a las peripecias a las que se enfrentan los migrantes, no solo
latinoamericanos, sino también los africanos que buscan las costas europeas en las
embarcaciones comúnmente llamadas “pateras”, estos últimos representados por la frase
“mi vida la dejé entre Ceuta y Gibraltar, soy una raya en el mar”.
Figura 4
Análisis crítico del discurso de la canción Clandestino.
Fuente: Elaboración propia.
Los clandestinos, como reza el título del tema musical, que en el sentido jurídico
estricto se enfrentan a una “falta de autorización administrativa” (Muñoz Conde 2010)
o en palabras de Almela Vich a un agravante cuando “la actividad carezca de la correspondiente
autorización, siendo irrelevante que la Administración tenga conocimiento o no de
la misma, pues lo clandestino no es lo oculto a la Administración, sino que es lo
no autorizado” (Muñoz Conde 2010, 33). Por lo anterior, desde el título, el autor
Manú Chao nos presenta la condición irregular de las personas que emigran sin documentos
avalados por la institución gubernamental pertinente.
El autor se ha caracterizado por su compromiso político en diversas luchas sociales4 y en pro de visibilizar a los más desfavorecidos a través de la música, como en el
caso de Clandestino, en donde se desarrollan temas centrales como la tristeza que acompaña a los migrantes
en su travesía, recurrente en los análisis previos, y relacionado con la evolución
del estrés y el duelo migratorio (Achotegui 2009). Asimismo, queda explícito su deseo de no ser detenidos por controles migratorios
debido a su condición de indocumentados (clandestino, prohibido), para poder insertarse
en el mercado laboral de un nuevo país.
Dicha voluntad de trabajar, también se desarrolla en el discurso de Clandestino, al hacer referencia a la usual búsqueda de inserción en un mercado laboral que,
aunque precario y sin derechos laborales (generalmente en la pisca, hostelería, jardinería,
maquiladoras), representa un posible aumento de su calidad de vida, un escenario en
el que, tan solo en Estados Unidos, según un estudio del New York Times5 se dedican ocho millones de los casi once millones de indocumentados.
En el caso de Clandestino, también nos encontramos ante una falta de referente en relación con las causas que
propiciaron la partida en sus lugares de origen, centrando el discurso sobre las características
del tránsito, y las figuras antagónicas con las que se tiene que batallar: controles
migratorios, la tristeza y lo que se denomina como Babylón refiriéndose al nuevo lugar del norte, concepto tomado de la filosofía rastafari,
y que representa un lugar corrupto, capitalista, un sistema alienante, alejado de
su visión de espiritualidad y desarrollo.6
En ese contexto, la canción, en el verso “perdido en el corazón, de la grande Babylón” describe al migrante que se encuentra en ese proceso de pérdida de identidad y aculturación
en un entorno nuevo y alejado de sus costumbres.
4. En el caso de la canción El inmigrante, de Calibre 50, tenemos la siguiente lírica:
Apenas tenía 17 cuando crucé la frontera, se lo prometí a mi viejecita, sacarla de
la pobreza, me quemaban las noches de frío, por poquito me ahogaba en el río, y a
aquellos que sufrieron lo mismo les dedico este corrido...
Soy uno de tantos mexicanos, que trabajan día con día, para darle futuro a mis hijos
y ayudar a mi familia, cómo extraño mi rancho querido, a mis amigos que no los olvido,
y a mis viejos que hace varios años que no los he visto.
Piensan que porque brinqué la línea soy un narcotraficante, ya basta de mil humillaciones
nomás por ser inmigrante. Estoy cantando por toda mi gente, no lo olviden, ténganlo
presente que aquellos a los que no querían hoy los hacen presidentes.
El trabajo aquí ha sido muy duro pero nunca me he rajado, y las cosas que yo he conseguido
con esfuerzo me he ganado, y aquel que se fue pa’l otro lado y dejó en su país su
pasado, quién pensaba de aquel muchachito y miren lo que ha logrado.
Nos han prometido tantas cosas y no nos han dado nada, igualdad, respeto y tolerancia
es lo que pide mi raza, estoy cantando por toda mi gente, no lo olviden, ténganlo
presente, y aquellos a los que no querían hoy los hacen presidentes.
Figura 5
Análisis crítico del discurso de la canción El inmigrante.
Fuente: Elaboración propia.
En el tema El inmigrante, se comienza haciendo alusión a la migración de tránsito y todas sus complicaciones,
estableciendo un vínculo con la inseguridad, la vulnerabilidad, la exposición a diversos
peligros, así como a la violencia sistemática en el traslado, desarrolladas anteriormente
(Cassarino y Fargues 2006; Muñoz Conde 2010; Lizárraga 2018); La canción nos habla de un migrante que a corta edad casi se muere por cruzar el
río, haciendo referencia a la situación de cientos de personas que han perdido la
vida en la frontera norte de esa manera: de 2016 a la fecha, aproximadamente 300 personas
han muerto ahogadas en las fuertes corrientes del río según la Organización para las
Migraciones (OIM) de Naciones Unidas.77
Asimismo, la canción describe las noches de frío durante el trayecto, haciendo referencia
a las inclemencias del tiempo y a la vestimenta no adecuada, una complicación más
para el inmigrante, quien lleva como objetivos principales cruzar la frontera, trabajar
y ayudar a su familia que vive en la pobreza, razón principal por la cual, según especifica
la canción, toma la decisión de partir de su lugar de origen, situación relacionada
con los planteamientos de Peraza sobre el deterioro económico, la falta de empleos
y los bajos salarios en su lugar de origen (2018).
Habiendo conseguido cruzar la frontera se narra una historia de éxito, de haber logrado
superar la pobreza, pero no sin dificultades como el trabajo duro, la humillación
en el nuevo lugar de residencia, y las promesas políticas incumplidas como la igualdad,
el respeto y la tolerancia; en la misma línea, se hace alusión al creciente número
de migrantes latinos en EUA y su incidencia política, esto reforzado por la posición
política expresada por la agrupación al respecto de la canción:
Somos casi el 42% de la comunidad inmigrante que está de manera ilegal, y pues prácticamente
los hacemos presidentes. Así como cierta parte de la población de Estados Unidos está
con la gente inmigrante, obviamente también están los que siempre se oponen, que son
más conservadores. A los mexicanos y a los latinos nunca nos han querido y nunca nos
querrán, el «gringo» nunca nos va a querer, pero desgraciadamente (para ellos) movemos
a su país. Así, simple y sencillo, como dice la frase, nosotros decidimos ya el rumbo
de Estados Unidos. No quiero pensar qué será cuando seamos ya más del 50%. (Entrevista
a Calibre 50, 2015).8
Por último, la canción puntualiza de manera superficial una de las causas estructurales
de la migración: la pobreza, y uno de los peligros habituales en el éxodo: el río;
pero carece de detalles que pudieran complementar la información, especialmente en
el tránsito y sus particularidades.
5. José Pérez León, de Los Tigres del Norte, se estructura de la siguiente manera:
Él era un hombre de campo, oriundo de Nuevo León, tenía apenas 19 años, su nombre:
José Pérez León. Tenía un primo lejano que de mojado se fue, al poco tiempo le envió
un telegrama diciendo: ven pronto José.
Pues un trabajo le habían encontrado piscando algodón como él. Y se fue, y se fue
ahogando en llanto en el adiós con su mujer, se fue, sin saber que de ese viaje ya
jamás iba a volver, pobre José.
Cuando llegó a la frontera con Willy se entrevistó, era el pollero más afamado y astuto
de la región, le dijo Pepe hoy estás de suerte mañana te cruzo yo.
La madrugada de un viernes, en una vieja estación, 20 inocentes pagaban su cuota,
entre ellos José Pérez León, y, sin dudarlo, a todos subieron en el interior de un
vagón.
El tren cruzó al otro lado casi 7 horas después, fue cuando el aire empezó a terminarse
y ya nada pudieron hacer nadie escuchó aquellos gritos de auxilio y la puerta no quiso
ceder. Uno por uno se fueron cayendo y así falleció el buen José.
Y se fue, y se fue a cruzar el cielo con sus ansias de crecer se fue, sin saber que
ya su esposa un hijo suyo iba a tener, pobre José.
Así termina la historia, no queda más que contar, de otro paisano que arriesga la
vida y que muere como ilegal, de aquel José que mil sueños tenía y que a casa jamás
volverá.
Figura 6
Análisis crítico del discurso de la canción José Pérez León.
Fuente: Elaboración propia.
Para contextualizar este análisis es preciso señalar que Los Tigres del Norte son
un referente para millones de migrantes que ahora residen en EUA, pues en varias de
sus canciones narran historias verídicas de la problemática de la migración de tránsito
y de la estadía en territorio estadounidense. La agrupación suele trascender las fronteras
del arte, para convertirse en activista en pro de los derechos de los migrantes, puesto
que alguna vez ellos sufrieron en primera persona las mismas carencias y dificultades.9
El discurso de la canción José Pérez León se centra en la historia de un hombre de campo, apenas mayor de edad que recibe una
invitación de trabajo de un familiar en el norte, en este pasaje se establece un importante
lazo, que lo conecta con personas que están directamente viviendo la experiencia en
el país receptor y que, de acuerdo con la teoría de redes, puede representar un estímulo
para que el resto de familiares emigre, y para la consecución de un mejor empleo y
salario (Lizárraga 2018).
Asimismo, leemos a un José “ahogado en llanto” que decide emprender la travesía dejando
a su esposa a pesar de la tristeza que esto le ocasiona, desvelando una vez más un
escenario que podría relacionarse con esa experiencia angustiante que plantea Vergara (2013) y con el estrés y duelo migratorio que hemos desarrollado previamente (Achotegui 2009); es decir, el migrante generalmente realiza su travesía con un pesar que lo conecta
constantemente con su lugar de origen.
A diferencia de las otras canciones, en José Pérez León se introduce la figura del “pollero”, la persona históricamente encargada de transportar
por un alto precio a los indocumentados a su destino.10 En el tema musical se narra que el pollero llevaría a 20 migrantes, entre ellos a
José, en un trayecto de tren hacia Estados Unidos.
En el trayecto, se detallan las condiciones de inseguridad a las que se enfrentan
los migrantes, algunas inscritas en lo planteado en Ramírez y Álvarez (citado en Álvarez
Velasco 2009), que hace referencia a la vulnerabilidad y peligrosidad del trayecto,
se narra que en el vagón comienza a faltar el aire y las puertas se atoran, causando
que después de 7 horas, 20 personas mueran asfixiadas.
El trágico episodio descrito por los Tigres del Norte no es ciencia ficción, y podría
estar inspirado en sucesos reales históricos como el de Sierra Blanca, Texas, en el
que murieron 18 migrantes en las mismas condiciones en 1987.11
La realidad que presenta el discurso de la canción nos señala una vez más una serie
de situaciones tristes, vulnerables y mortales que los migrantes tienen que enfrentar
en numerosas ocasiones, impulsados por las carencias en sus lugares de origen y el
anhelo de una vida mejor. Asimismo, se posiciona como un contenido lírico simbólico
para la memoria histórica de la problemática.