Introducción
El objetivo que perseguimos en este trabajo es el de transmitir la experiencia de
trabajar en un proyecto de investigación con un grupo interdisciplinario para la confección
de un simulador. Comenzamos con la definición del producto terminado, o sea, un simulador,
la acción de simular como resultado final. Un resultado vinculado a un recurso pedagógico
que se aplica en el aula universitaria, en el último año de la carrera de administración
de empresas. El alumno no tiene otra posibilidad de tomar decisiones aproximadas a
la realidad, porque no puede administrar, como estudiante, una empresa real. El simulador
reemplaza esa realidad y el estudiante simula interactuando con el modelo, como si
tomara decisiones reales que lo llevan al éxito o al fracaso.
¿Pero por qué hacer un simulador si ya estábamos trabajando con simuladores? Para
responder esta pregunta es que explicamos los tipos de simuladores que existen y las
consecuencias de su elección. ¿Es importante que la aproximación a la realidad tenga
que ver con información de un entorno más cercano? Planteamos la situación problemática
y las circunstancias anteriores al proyecto de investigación para dilucidar estos
cuestionamientos.
Cuando pensamos en la tarea de armar un modelo, otra alarma nos alerta acerca de los
modelos mentales y las metahipótesis de las disciplinas involucradas. Me explayo sobre
estos conceptos y sus consecuencias, en el armado de un modelo, porque el reconocimiento
de nuestra forma de pensar y la posibilidad de hacer cambios para identificar cómo
piensan en otra disciplina, termina siendo la clave para lograr el objetivo de hacer
un simulador y el objetivo secundario, de comunicarnos y, por ende, de unificar el
lenguaje.
¿Qué empresa puede ser típica para tomar decisiones en Argentina y nos asegure una
continuidad? Tiene que ser un sector que no nos sorprenda con cambios bruscos en la
tecnología ya que nos acortaría el tiempo de uso de la herramienta. Un tipo de empresa
que tenga un mercado asegurado con distintos participantes que nos permitan ver los
movimientos estratégicos relacionados con la publicidad, nuevos diseños de producto,
convivencia de distintos tipos de tecnología, exportaciones, para que las situaciones
problemáticas no queden acotadas. Seleccionamos como producto el alfajor y, en consecuencia,
una fábrica que representara el proceso productivo.
Por último, detallamos las etapas de la investigación para hacer el simulador comentando
los desafíos encontrados en el camino y las conclusiones del proyecto.
Definición de simulación
Según Bertalanffy (Bertalanffy 2000) la tecnología y la sociedad modernas se han vuelto tan complejas que los caminos
y los medios tradicionales no son ya suficientes, y se imponen actitudes de naturaleza
holística e interdisciplinarias. Es indiscutible que son problemas de sistema, o sea,
problemas de interrelaciones entre un gran número de variables. Para este autor, la
percepción no es una reflexión sobre las cosas reales, ni el conocimiento es una mera
aproximación a la realidad; este es una interacción entre conocedor y conocido, que
depende de múltiples factores de naturaleza biológica, psicológica, cultural, lingüística,
etcétera.
Según el diccionario, la realidad es la existencia efectiva de algo. Para estudiar
la realidad con fines prácticos, es necesario simplificarla. Tal proceso de simplificación
(Forrester 1999) se logra, primero, determinando con qué objeto se quiere conocer y estudiar esa
realidad, y, segundo, como resultado de factores subjetivos y objetivos de la persona
que realiza la simplificación, es decir, el investigador. El sistema abstraído, o
conceptual, correspondiente a la realidad está construido con innumerables factores
mentales que van desde la dinámica gestáltica y los procesos de aprendizaje hasta
los factores culturales y lingüísticos que determinan en gran medida lo que, de hecho,
vemos o percibimos.
Este sistema que se toma de la realidad es percibido por el ser humano que lo convierte
en un modelo. Entonces, podemos definir el modelo como una abstracción simplificada
de la realidad. Para lograr un modelo válido, debemos identificar las variables y
las restricciones dominantes que deben ser incluidas e identificar la dependencia
del modelo mental de la persona que intenta modelizar el sistema real supuesto.
Es muy importante que los modelos sean adecuados a los sistemas aplicados -pues se
puede reducir la efectividad-, y que se transfieran a la computadora para poder manipularlos.
Si consideramos estos conceptos en una red conceptual realidad-sistema- modelo mental-modelo
lógico matemático-computadora, concluimos con el concepto de simulación y determinamos
que la existencia de este último concepto depende de todos los conceptos anteriores.
No existe simulación si no es a través de un modelo computarizado que fue abstraído
según el modelo mental de una persona que captó las relaciones causa-efecto de un
sistema de la realidad.
Un simulador está constituido por un modelo con el cual se puede experimentar. Durante
la simulación se toman decisiones que están relacionadas con la formulación y la ejecución
de las principales acciones globales y por área que los directivos de las empresas
llevan a cabo en un contexto de competencia y de cambio en las variables del entorno
que las afectan, es decir, las decisiones que deben tomar los participantes en la
simulación están relacionadas con los aspectos principales de la dirección general
de un negocio o de un área específica de una empresa como las finanzas, recursos humanos,
operaciones, logística, y mercadotecnia. En este sentido, estas decisiones están relacionadas
con aspectos que comúnmente se toman en cuenta por la dirección general, así como
por las gerencias funcionales durante el desempeño de las funciones que se realizan
en el proceso de administración de un negocio.
Durante el desarrollo de la simulación, a los participantes se los agrupa en equipos
de trabajo y se les asigna una empresa en una industria determinada. Luego se requiere
que los miembros del equipo adopten el papel de un equipo de gerentes con el fin de
analizar la información del área que les corresponda y finalmente tomen las decisiones
más convenientes que correspondan a la administración del área que tienen a cargo
considerando tanto las decisiones de las demás áreas, así como el objetivo general
de la empresa.
Los objetivos que se persiguen con la utilización de los simuladores de negocios en
el aula universitaria son: fortalecer la capacidad de toma de decisiones de los alumnos,
incentivar el trabajo en equipo, entender las diferentes relaciones que se establecen
entre las áreas de una empresa, comprender el efecto que tendrían las decisiones tomadas
en la continuidad y desarrollo de la compañía y también el impacto social de las mismas.
Descripción de la situación problemática
En el año 2001, la Universidad Argentina de la Empresa decide cambiar el plan de estudio
para la carrera de administración de empresas incorporando asignaturas que vinculen
al alumno con la práctica en empresas y entre ellas está simulaciones de negocios.
A pesar de estar trabajando con simuladores dentro de una materia de práctica profesional,
el desafío se presentaba al tener que darle un contenido disciplinar. Nos decidimos
por incorporar el pensamiento sistémico1 que abarca métodos y herramientas que examinan la interrelación de fuerzas en un
proceso común. (Senge et al. 1995) Tiene un lenguaje con relaciones causales que ayudan a no tener pensamiento solo
lineal, procesos que consideran el efecto de demora y situaciones típicas de cualquier
sistema que llaman arquetipos sistémicos.
Con respecto al tipo de simulador, teníamos dos opciones: una era seleccionar simuladores
de negocios en competencia que implicaban no poder manejar la administración de los
resultados y por ende no poder explicar el porqué de las consecuencias de las decisiones
o, la otra, seleccionar simuladores de tipo hombre-máquina,2 de pensamiento sistémico, para que el alumno interactúe con el modelo y pueda hacer
un aprendizaje significativo (Ausubel y Novak 1983). Optamos por la segunda opción.
En sí mismos los simuladores son considerados recursos para estrategias didácticas
activas, pero al dar contenidos de pensamiento sistémico con simuladores modelizados
con este lenguaje los aprendizajes se enriquecen con la interpretación de las relaciones
causales. Acordamos hacer una introducción a la dinámica de sistemas e incorporamos
micromundos de simulación ingleses modelizados desde esta perspectiva teórica. Un
micromundo es un ámbito de aprendizaje y con el tiempo este término significó simulación
para vivenciar experiencias, hacer experimentos y elaborar una mejor comprensión del
mundo (Senge y otros 1995).
Los micromundos que adquirimos trataban sobre diversos negocios (un banco, una línea
aérea de bajo costo, telefonía, lanzamiento de una cerveza, consultora internacional,
restaurante) pero estaban en libras esterlinas y más allá de considerarlos modelos
y, por lo tanto, abstraídos de la realidad, siempre recibíamos la percepción de los
alumnos acerca de la falta de parecido con nuestro quehacer cotidiano en las empresas.
En Argentina uno de los temas que caracteriza al planeamiento es la inclusión de la
inflación y el cambio del poder adquisitivo que, por ejemplo, trae aparejado, retracción
de la demanda o implicar decisiones acerca de políticas de stock.
Otro inconveniente lo encontramos cuando intentábamos razonar las relaciones causales
e inferir los cálculos involucrados porque son de caja negra (Ruiz del Castillo y Domínguez Machuca 1995) o sea, no muestran el modelo lógico-matemático. Por esta última razón necesitábamos
un simulador de caja transparente donde pudiéramos explicar los cálculos de dinámica
de sistemas, pues realiza frameworks, esto es, brinda símbolos para realizar mapeos de sistemas en términos de diagramas
y ecuaciones y un lenguaje para la creación de simulaciones computarizadas y, por
supuesto, información real de nuestro mercado.
Por las razones expuestas decidimos generar un proyecto de investigación para tener
un recurso didáctico que resolviera los problemas antes mencionados y necesariamente
tenía que estar formado por especialistas de distintas disciplinas involucradas con
las empresas: producción, comercialización, finanzas, comercio internacional y recursos
humanos además de contar con ingenieros en sistemas que se ocuparon de representar
las relaciones causales.
Modelos mentales y meta hipótesis
Un modelo mental es un mapa tácito del mundo que la gente tiene en su memoria como
las percepciones que elabora como parte de sus razonamientos cotidianos (Senge et al. 1995). Convocar a expertos de distintas disciplinas implicaba reunir diferentes modelos
mentales. Era necesario entablar conversaciones para compartir abiertamente nuestros
puntos de vista y conocer las premisas de los demás.
Nuestra biología y las modernas estructuras organizacionales alientan a la formación
de estrechos filtros que restringen el contenido de nuestros modelos mentales. Y las
metahipótesis que empleamos destinadas a representar el contenido no reflejan la realidad
con la que trabajamos (Richmond y Peterson 2001). Si nosotros queremos mejorar la calidad de las representaciones de contenidos considerando
nuestros modelos mentales necesitamos conocer mejor nuestras meta hipótesis. Sin darnos
cuenta asumimos la independencia de eventos, un solo camino de causalidad y el impacto
instantáneo y lineal de los efectos ante reacciones o soluciones de nuestra parte.
Cuando cursamos nuestras carreras universitarias los docentes hemos resuelto problemas
planteados hipotéticamente con fórmulas y procedimientos para dar una única solución,
con efecto inmediato en la resolución del problema. Cuando damos clases replicamos
esta forma de aprendizaje nuestro, dándole a los alumnos situaciones problemáticas
para que resuelvan con métodos analíticos, pero estamos en tiempos donde no hay únicos
resultados, no hay efectos rápidos cuando hablamos de sistemas complejos como una
empresa.
En oposición a estas metahipótesis de linealidad, efecto instantáneo e independencia
de eventos, necesitamos estimaciones que tengan: interdependencia, loops causa-efecto, demora y no linealidad. Solo cuando la representación en nuestros modelos
mentales reúna estas características vamos a incrementar la probabilidad de que la
iniciativa de los diseños que intentemos crear conduzca a los resultados deseados.
En este tema, tenemos un dilema: ¿cómo hacer para reconocer nuestras metahipótesis
y lograr comunicación a pesar de nuestros modelos mentales para lograr un simulador
que surja del conjunto? Decidimos armar un taller donde los ingenieros habituados
al pensamiento sistémico nos proporcionen material de lectura y nos expliquen con
ejemplos, situaciones reales modelizadas, simuladores con decisiones y su impacto
en los resultados. Luego, intercambiar intentos de representación desde nuestras propias
áreas de trabajo para arribar al objetivo secundario de tener un lenguaje común y
poder comunicarnos.
Cómo empezar
La universidad aprobó el proyecto donde fue justificada la interdisciplinariedad y,
en el plazo de un año, debíamos mostrar el simulador terminado.
Como responsable del proyecto, el primer paso fue determinar los especialistas de
cada área que provenían de distintas unidades académicas y esperar no solo la autorización
desde sus unidades académicas sino también la aprobación del objetivo de la investigación
y la forma de trabajo que íbamos a adoptar. Esta selección implicaba una consecuencia
en la dinámica del grupo ya que debían ser proclives a la reflexión y a la indagación,
respetando la diversidad de opiniones para arribar a una discusión constructiva.
Para representar las relaciones causales y llevarlas al software Vensim,3 contamos con la asistencia de los ingenieros Andrés Caminos, Edgar Maimbil y Nahuel
Romera. Contamos con la licenciada en marketing, Andrea Bárbaro; el licenciado en
comercio internacional, Oscar Conde; el contador y licenciado en administración, Gustavo
Gosiker, para ocuparse también del área financiera; el licenciado Omar Bulacio, para
el área de operaciones, y, el licenciado en diseño David Ayala Velarde, quien nos
ayudaría en el armado de una página web.
Formamos un equipo de 8 integrantes que en principio debíamos conocernos por lo que
armamos círculos de Google, documentos compartidos en Google Drive, nos pasamos teléfonos,
correos-e, y un cronograma de reuniones. Para comunicarnos en el mismo idioma los
ingenieros nos dieron un taller sobre pensamiento sistémico y de esta forma nuestro
nuevo lenguaje tenía que ver con relaciones causales, ciclos compensadores, de refuerzo,
procesos de demora, arquetipos sistémicos, etcétera. Los problemas tenían que adquirir
esta forma de representación en el software que seleccionamos porque era amigable y gratuito. Nos reuníamos en los laboratorios
de computación para interpretar la teoría y en simultáneo intentar representaciones
o descubrir distintos aspectos como los resultados sobre cuadros, gráficos en una
línea de tiempo.
De esta forma, la estructura adoptada fue “pequeño ámbito académico” con menos de
10 integrantes, donde la investigación es lo primario y la capacitación un subproducto,
además de que muchos de los participantes tienen compromisos de investigación en su
disciplina (National Academy of Sciences 2015).
El siguiente punto a definir era qué empresa podía representar una situación real
de nuestro país.
Cada uno llevó propuestas y justificaciones para quedarnos con la fábrica de alfajores.
Fábrica de alfajores en Argentina
¿Qué es un alfajor? El artículo 132 del Código Alimentario Argentino define como alfajor
“al producto constituido por dos o más galletitas, galletas o masa horneada, separadas
entre sí por rellenos como mermeladas, jaleas, u otros dulces, pudiendo tener un baño
o cobertura exterior.”4 El alfajor es un producto alimenticio categorizado dentro de las llamadas golosinas
dulces, compuesto por dos tapas redondas de galletitas de un diámetro variable que
puede establecerse entre 3 y 8 centímetros, de distintos sabores. Cuenta con un relleno
entre las galletitas de unos 5 milímetros aproximadamente, y su componente también
puede ser variable, uno de los rellenos más habituales es el dulce de leche, y los
sabores frutales. Para cumplir su cometido, tiene que tener principalmente una cobertura
que también varía, siendo las más habituales las de chocolate tipo cobertura con base
de cacao o merengue de azúcar y huevo.
Es un producto originario de la pastelería árabe, trasladado por estos a España, y
que echó raíces en Argentina convirtiéndose en un producto emblemático del país. Hay
testimonios de su preparación en los conventos de la Córdoba colonial, y relatos de
su consumo entre los convencionales que juraron la Constitución Nacional en 1853 en
la ciudad de Santa Fe.5 El alfajor es seguramente uno de los mejores exponentes del sector industrial de
las golosinas ya que brinda por su valor de compra una excelente relación costo/beneficio.
30 países reciben la exportación argentina de alfajores, que representa entre el 6%
y el 10% del volumen producido.6 Según información de Ibope Argentina-TGI Argentina, más del 34% de la población argentina
consume alfajores, a un ritmo que llega a los 11 millones de unidades diarias. El
52% corresponde a la población de menores ingresos económicos, que consume en promedio
un alfajor por día.
¿Por qué modelizar una fábrica de alfajores? Porque a pesar de los vaivenes de la
economía, empresas que crecen o quiebran, siempre va a existir una fábrica de alfajores
en Argentina justificada no solo por el consumo sino también porque es parte de nuestra
costumbre o cultura. Un alfajor es consumido por una persona que sale a trabajar y
no puede pagarse el almuerzo o por una persona de poder adquisitivo alto que se toma
un café acompañado de un alfajor gourmet.
Es muy interesante el comportamiento de las empresas en este mercado porque no solo
tenemos multinacionales sino también PyMes (pequeñas y medianas empresas) que logran
ganarles en algunos nichos o segmentos de mercado como es el caso de Cachafaz que
sin gastar un peso en publicidad se dio a conocer como mito urbano haciendo marketing viral (Sainz 2012). Frecuentemente surgen nuevos productos derivados del alfajor
(triple, distinto relleno, distinta cobertura) como estrategias de multinacionales
que invierten en publicidad y logran ocupar espacios en los canales de distribución
para este producto que se caracteriza por la compra impulsiva y que tiene una vigencia
desde su producción hasta la compra de 60 días.
Los grandes jugadores en Argentina son Arcor 46%, Kraft & Cadbury 24%, Ferrero 7%,
Nestlé 7%, Bonafide 6%, Havanna 4%. Con estrategia de precio bajo: Jorgito y Guaymallen.
Diferentes son los alfajores artesanales Cachafaz, Amarototo, Plan B y Don Salvador.
PyMes del sector: Dielo, La nirva, Goloalfa, Vimar, Vauquita, Fantoche, Capitán del
espacio. Regionales típicos como los Geselinos, Merengo de Santa Fe, Estancia el Rosario
de Córdoba, Don Goyo de San Luis. Se consumen más de 4.5 kilos de alfajores anuales
per cápita en Argentina, y el mercado tiene un crecimiento del 6% anual.
En la página que armamos del proyecto damos información detallada acerca de los aspectos
teóricos, situación del mercado y trabajos prácticos, además de videos ilustrativos
de las empresas: https://alfajorsimulador.wordpress.com/dinamica-de-sistemas/
Etapas de la investigación basada en simulación
Por un lado, tenemos el objetivo del proyecto que era hacer un simulador para usar
como recurso didáctico, pero, por otro, hacer la simulación en ciencias sociales nos
llevaba a un proceso de investigación particular porque teníamos que identificar un
sistema de la realidad empresaria, o sea un sistema complejo con sus variables relevantes.
Dentro de la investigación determinamos la definición del objeto a modelizar, realizamos
observaciones del objeto para proporcionar los parámetros y las condiciones iniciales
del modelo (Gilbert y Troitzsch 2006). En la práctica fue la selección de una fábrica
de pequeño tamaño o sea una PyMe con una producción diaria de 38,400 unidades. Esta
capacidad de producción nos daba la posibilidad de:
-
Ubicarnos estratégicamente en el mercado, pues al no ser una gran empresa, se deberían
tomar decisiones acerca de adopción de nueva tecnología y cambio en los métodos de
producción para mejorar la productividad o ampliar la capacidad de planta.
-
Contar con personal para tareas manuales, 35 operarios realizarían las tareas de control
del rellenado, baño o cobertura correcto y envoltura y empaque, además de cubrir el
área de expedición.
-
Exportar a pequeña escala a países limítrofes.
-
Flexibilidad para elaborar cambios de estrategia con respecto al producto, al diseño
de envoltura o publicidad.
Una vez terminado el modelo, es necesaria la verificación o sea una etapa de depuración
(Gilbert y Troitzsch 2006) donde comprobamos si el simulador opera como se pretendía.
En esta etapa, se hace correr el simulador comprobando que los resultados que arroja
corresponden a los cálculos que se prevén. Por ejemplo, en la Figura 1 está la vista correspondiente al cálculo de la liquidez operativa y tiene un indicador
que muestra la liquidez mensual. En la Figura 2 vemos el indicador de liquidez con la venta en el mercado interno al 100%. La primera
vez que corrimos el simulador nos dimos cuenta de que estábamos trabajando sin exportar
por lo que al verificar esto cambiamos este porcentaje al 80% para habilitar la exportación
y que quedara el indicador de liquidez mostrando el efecto deseado.
Figura 1
Vista de la liquidez operativa con su indicador mensual exportando el 20%.
Fuente: Elaboración propia.
Figura 2
Indicador vendiendo al 100% del mercado interno.
Fuente: Elaboración propia.
Por último, validamos el modelo e hicimos un análisis de sensibilidad, o sea, nos
cuestionamos hasta qué punto el comportamiento de la simulación es sensible a los
supuestos iniciales que han sido efectuados.
Desafíos en el camino y conclusiones
En un principio existió una fuerza natural hacia lo multidisciplinar (National Academy of Sciences 2015). Cada uno intentó considerar su disciplina y aportar al grupo un documento o una
síntesis donde había datos de su área que aportaban al conocimiento del modelo de
fábrica de alfajores dejando librado a los ingenieros la interpretación. Para contrarrestar
esta fuerza de información como compartimentos estancos, intentamos llevar a un lenguaje
intermedio entre el que dominábamos y el del pensamiento sistémico que nos resultaba
extraño. Cada uno tenía que integrar su parte en el todo con un lenguaje compartido
y expresado a través de relaciones causales. Por ejemplo, en el área de comercio internacional,
desde un informe elaboramos un diagrama casual intermedio para que después pueda ser
llevado al software Vensim (Figura 3). En cierta forma, había que atravesar lo antes posible la resistencia al cambio
que significaba pasar del lenguaje propio de la disciplina al lenguaje proporcionado
por el pensamiento sistémico con un cambio de meta hipótesis. La dinámica que adoptó
el grupo, las reuniones más frecuentes al principio, los intercambios de interpretaciones
colaboraron para resolver esta resistencia. Fuente: Elaboración propia.
Figura 3
Representación intermedia de comercio internacional para el modelo de fábrica de alfajores.
Fuente: Elaboración propia.
Otro tema fue la comunicación entre los ingenieros y los contadores, ya que además
de representar el proceso productivo había que cerrar el ciclo con un estado de resultados
e indicadores. Los ingenieros representan relaciones causales que muestran la diferencia
entre lo planificado sobre lo real, para generar acciones frente a un desvío. Además,
se debe señalar que no se puede repetir el nombre de una variable en el software Vensim por lo que es muy subjetivo asignar un nombre, como por ejemplo en el caso
de la materia prima “cobertura de chocolate” surgieron las siguientes denominaciones:
existencia deseada de chocolate, diferencia de inventario chocolate, valor del inventario
de chocolate, existencia aceptada de chocolate. Los contadores veían una confusión
entre lo planificado que en las empresas es un presupuesto y lo real que surge de
los balances. Para lograr la comunicación deseada, los contadores elaboraron un glosario
de términos contables para que los ingenieros entendiesen en su idioma y, por su parte,
estos se esforzaron en entender que solo se puede representar por diferencias algunos
cálculos como se ve en el ejemplo de la Figura 4. En esta relación causal se analiza por diferencia cuánto producir comparando lo
real con lo planificado.
Figura 4
Vista del modelo de producción de alfajores.
Fuente: Elaboración propia.
Para mantener en conocimiento al equipo de lo que cada uno podía estar haciendo elaborábamos
resúmenes de reuniones. Muchas veces los horarios no combinaban bien para los 8 por
lo que teníamos alguna ausencia, que se resolvía con reuniones entre algunos de los
integrantes para avanzar y estar integrados y reuniones con confirmación de asistencia
previa para que realmente avanzáramos como equipo. En estas reuniones dónde debíamos
estar todos, tratábamos de estar cómodos compartiendo una merienda o un almuerzo y
flexibilizar la rigidez del trabajo.
El simulador permitió cumplir objetivos que se plantean en el aula como el trabajo
en equipo, toma de decisiones por áreas que afectan al resto de la empresa y que se
descubren a través de indicadores y resultados. Ver la empresa como un todo, donde
cada área aporta un objetivo principal y otros secundarios. Pero además de estos objetivos
que naturalmente se cumplen con cualquier simulador, logramos situar al alumno en
nuestro entorno país con todas las dificultades reales que se pueden presentar: cambio
de proveedores, alza de precios, negociación con los canales de distribución, competencia,
cambio en los gustos del consumidor. Es tan útil trabajar con un simulador de caja
transparente que los alumnos pueden hacer cambios estratégicos y alterar los números
del modelo para ver qué ocurre.
Estamos satisfechos con el logro del simulador y consideramos que el trabajo en equipo
compartiendo saberes contribuyó no solo para cumplir con el objetivo del proyecto
y enriquecer nuestras clases, sino como un crecimiento personal inigualable.