Editorial

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Alejandro César López Bolaños

Resumen

Durante el presente año, diversos actos conmemorarán y nos llevarán a la reflexión por los 50 años de los movimientos estudiantiles suscitados en 1968 en todo el orbe, particularmente la oscura y violenta masacre perpetrada en la plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco de la hoy Ciudad de México. Estos hechos nos recuerdan, año con año, el desmedido poder represor del Estado ante el movimiento estudiantil, mismo que tuvo 72 días de efervescencia luego de la brutal participación del cuerpo de policías granaderos ante la riña de los estudiantes de la Vocacional 5 del Instituto Politécnico Nacional y de la preparatoria Isaac Ochoterena el 22 de julio de 1968. Fueron días que cambiaron a México, que cimbraron a la comunidad universitaria ante el discurso pronunciado por el entonces rector Javier Barros Sierra, quien el 1 de agosto encabezó una manifestación estimada en 80 mil universitarios y politécnicos. Ante ellos proclamó la frase “únete, pueblo”, expresión que refleja la trascendencia de estos actos para lo sociedad en su conjunto. La hoy Ciudad de México y el país no volvieron a ser los mismos. El Ejército irrumpió y derribó de un bazucazo la puerta de la Escuela Nacional Preparatoria 1 (actual Colegio de San Ildefonso), en la madrugada del 30 de julio, acto que refleja que el camino por venir era la violencia extrema ante una masa estudiantil que tomaba conciencia y que pretendía no acallar los atropellos del régimen. En respuesta a la creación del Consejo Nacional de Huelga y la formalización de los seis puntos del pliego petitorio, el régimen político de Díaz Ordaz reforzó sus instrumentos de represión para ocupar escuelas, el campus universitario y numerosas plazas públicas del país. Esto desencadenó detenciones arbitrarias, desapariciones, asesinatos y la difamación y encarcelamiento de líderes estudiantiles y de diversas figuras intelectuales, entre las que destacan José Revueltas y el propio rector Barros Sierra, sólo por citar a dos de los actores que dieron voz a lo acontecido en aquellos días del verano de 1968, en los cuales el país se preparaba para recibir los XIX Juegos Olímpicos. Si ya lo vivido había sido un atropello, nadie esperaba que 10 días antes de la inauguración de la justa deportiva, ese “movimiento que denuncia y cuestiona todo el sistema sociopolítico imperante” (como lo describe Revueltas en su libro México 68: juventud y Revolución, publicado en 1978 por ediciones Era) fuera brutalmente reprimido por las balas del Ejército y la funesta presencia del Batallón Olimpia. En esa matanza no sólo fallecieron estudiantes. En los archivos que hoy se resguardan en el Museo Memorial 68 del Centro Cultural Universitario Tlatelolco se rememora también la presencia de los cuerpos masacrados de niños, amas de casa, padres de familia, vecinos de la zona e incluso, peatones y diversos trabajadores que caminaban en las cercanías al momento en el que las bengalas rojas daban la señal para que los francotiradores abrieran fuego contra la multitud congregada. En los meses y años posteriores, el Estado trató de hacer una omisión, un olvido de lo sucedido en aquella tarde del 2 de octubre de 1968. Se buscó matizar la participación del Ejército y se habló de su lealtad ante “actos subversivos del exterior que pretendían desestabilizar al país”. Lo cierto es que los archivos militares no se han abierto y, por ello, no ha quedado esclarecida la participación del Ejército en la masacre. De la misma manera que se han negado a aportar información para saber con exactitud qué sucedió en la madrugada del 26 al 27 de septiembre de 2014, cuando 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa desaparecieron cerca de las instalaciones de un cuartel militar en Iguala, Guerrero. Esta cerrazón no podrá nunca ocultar la tragedia y la brutalidad de su accionar, es un cargo de conciencia que sus ejecutores no podrán olvidar, ni la sociedad perdonar. Conmemoramos para no olvidar que una generación tuvo como respuesta la muerte ante la demanda de cambios políticos y sociales en un país que la modernidad capitalista pretendía insertar en la punta del progreso, hecho que tampoco sucedió en los años del desarrollo estabilizador. El comportamiento de la economía mexicana de aquellos años es un excelente ejemplo de que un crecimiento fluctuante entre 4 y 6% no superaba los problemas del desempleo, bajo salario, desigualdad y condiciones laborales precarias, como lo hicieron notar los movimientos sindicalistas previos. Al final de la década de los sesenta, el sistema era fuertemente cuestionado, 1968 es un año clave en esa década; cientos de jóvenes en América Latina se inspiraban por la Revolución cubana y tenían como estandarte ideológico la lucha del Che Guevara. Estos aspectos implicaron un fuerte activismo político en las universidades, mismo que fue acompañado de las protestas por la intervención militar en Vietnam y en apoyo a los movimientos de liberación nacional en Asia y África. En Estados Unidos, el movimiento de la comunidad afrodescendiente y el asesinato de Martín Luther King marcaron un punto de lucha importante en la consecución de derechos civiles. En Praga, la lucha estudiantil apoyada por los trabajadores fue reprimida por la invasión soviética en la entonces Checoslovaquia, y no se puede olvidar el mayo francés de 1968 y las movilizaciones estudiantiles en todo el país, que en conjunto con la clase obrera lograron una huelga general que consiguió mejorar las condiciones salariales y laborales de los trabajadores franceses. En ese ambiente los jóvenes cuestionaron al estatus quo de la época, eran la generación de la posguerra, cuyos padres y abuelos vivieron las penurias y la incertidumbre de la Segunda Guerra Mundial. Pero la generación que se convirtió en la clase gobernante sólo conocía el autoritarismo, el uso de la fuerza y la negación de la razón; procedieron así cuando los jóvenes encauzaron su rebeldía y pusieron en predicamento las instituciones con la práctica política de la manifestación y expresión en las calles. Conmemoramos para no perdonar, para intentar entender el horror de la incertidumbre y la desolación de las madres y padres de familia que buscaban a sus hijas e hijos en las inmediaciones del Estadio Olímpico Universitario durante la inauguración de los Juegos Olímpicos el día 12 de octubre, luego de acudir a las prisiones, hospitales y campos militares sin tener respuesta acerca del paradero de sus hijos, compañeros, familiares y amigos cercanos. De la misma manera que hoy los padres de los 43 normalistas siguen esperando y exigiendo que sus hijos regresen vivos a su lado, a pesar de que las fuerzas castrenses se niegan a testificar sobre los acontecimientos de esa noche, y sólo agudizan el penar que genera la incertidumbre. En este número, la revista De Raíz Diversa se suma a la conmemoración de los acontecimientos ocurridos hace 50 años con un primer bloque de cuatro artículos que nos llevan a discurrir sobre la trascendencia de los movimientos estudiantiles que culminaron cruelmente en Tlatelolco. El primero de ellos es elaborado por Eugenia Allier Montaño y César Iván Vilchis Ortega, quienes titularon su reflexión “Los estudiantes recuerdan a los estudiantes. El 68 mexicano recuperado en movilizaciones juveniles, 1986-2014”. En este artículo se estudia cómo fue recordado el 68 mexicano durante algunas movilizaciones juveniles desarrolladas en las últimas cuatro décadas, en particular se hace referencia al movimiento del Consejo Estudiantil Universitario de 1986-87, la huelga de la UNAM de 1999-2000, el movimiento #YoSoy132 y a la movilización por Ayotzinapa de 2014. En cada uno de estos contextos de protesta estudiantil se activó la memoria del 68. En voz de analistas, académicos, medios de comunicación, políticos, exlíderes del 68 y los propios estudiantes que se estaban movilizando. Mientras que para algunos se trataba de acontecimientos que no podían asimilarse, para otros existía un claro vínculo entre ellos, se asumieron como sus herederos y encontraron en aquellos hechos del pasado un referente de lucha y de denuncia contra la represión. El segundo artículo lleva por título, “La profanación consagrada, Octavio Paz y las revueltas del 68”. El ensayo elaborado por Fabienne Bradu se centra en la reflexión y la actuación del premio Nobel mexicano durante los acontecimientos de 1968, en Francia, México y los Estados Unidos. Reconstruye la manera en la que el poeta vivió las revueltas estudiantiles, los intentos por cambiar la sociedad y los distintos desenlaces en los tres países desde su propia perspectiva y desde su cargo de embajador en la India. Asimismo, indaga, a la luz de nuevas fuentes y documentos privados, la incidencia de dichos acontecimientos en su vida privada y profesional. El texto también ofrece una síntesis de sus comentarios posteriores acerca del sistema mexicano encarnado en el Partido Revolucionario Institucional y de las reformas políticas necesarias para una democratización del gobierno y del país. José Manuel Mateo aporta el tercer artículo ligado a los acontecimientos suscitados en 1968. Propone releer el “Plan general de estudios” que abre la segunda parte del volumen Dialéctica de la conciencia, el cual invita a observar el rumbo que tomó la actividad intelectual y literaria de José Revueltas después de su participación en el movimiento estudiantil de 1968. Ese plan fechado en octubre de 1970 remite a otros materiales escritos desde la cárcel, mismos que se caracterizan por su condición efectivamente marginal, íntima y provisoria, sin que ello implique debilidad o penuria. Al contrario: el margen se postula como el sitio del acontecimiento y de un saber que no aspira a hegemonizar los espacios, ni a formular programas históricos, tal como lo pretendían numerosos grupos políticos en intelectuales de la época. Ese plan lleva también a un modo de la narrativa revueltiana que pone en juego la acción sustractiva sobre la materia del relato y una tendencia a la densidad intelectual, para mostrar la concreción de la irracionalidad en la historia y cómo el escritor pone en práctica una serie de desplazamientos disciplinarios, formales y conceptuales para seguir pensando, sin temor a invertir, disolver y reconfigurar las categorías. En este camino se observa cómo se encuentran y anticipan entre sí, Revueltas, Hegel y Judith Butler. Este artículo lleva por título, más que apropiado, “Escribir en el margen”. Leonardo Martín Candiano, en su artículo “El Congreso Cultural de la Habana de 1968. La subversión de la noción de intelectual”, aborda las propuestas originadas por la intelectualidad latinoamericana en general y cubana en particular, durante el Congreso Cultural de La Habana en enero de 1968, con respecto al papel del intelectual en la sociedad, las posibilidades para el despliegue de una práctica ideológica que enfrente el colonialismo cultural en el tercer mundo y el desarrollo de un activismo intelectual orgánico a los denominados procesos de liberación nacional existentes hacia finales de la década de los sesenta. De este modo, se examina a través de un evento específico la conformación de una original concepción político-cultural colectiva gestada en nuestro continente, cuya magnitud generó una inédita repercusión a lo largo y ancho del mismo. Al mismo tiempo, expresa rasgos constitutivos de la política cultural promovida por la Revolución cubana cuanto menos en su primera etapa, entre 1959 y 1971, y permite repensar una serie de conceptualizaciones teóricas con respecto a la noción de intelectual. Para la realización de este trabajo se analizaron fuentes primarias tales como declaraciones colectivas, discursos y ponencias individuales pertenecientes al Congreso, fundamentalmente aquellas que tuvieron mayor circulación en el momento del mismo y fueron replicadas en distintas publicaciones de la época. Los restantes cuatro artículos que complementan el presente número abordan diversas problemáticas latinoamericanas: los intentos de reforma en el sistema educativo del Ecuador, el movimiento decolonial en América Latina, los retos que enfrenta la democracia y los problemas que enfrentaron los gobiernos progresistas del Cono Sur en la conformación de medios de comunicación alternativos a los tradicionales que pertenecen a las élites conservadoras. Grace Diana Nogales Haro plantea que el Ecuador de la última década ha sido escenario de transformaciones y disputas. Una de las esferas más importantes en este proceso ha sido la educación, caracterizada históricamente por ser un mecanismo de exclusión social. Este artículo revisa los momentos de la historia del Ecuador en los que se ha intentado reformar el sistema educativo, al mismo tiempo que los vincula con los distintos proyectos de Estado-nación, presentes en la historia nacional, en los cuales la matriz oligárquica conservadora ha mantenido su hegemonía. Bajo esta visión, se pretende comprender las potencialidades y limitaciones del proyecto de transformación de la educación emprendido por el gobierno de la Revolución Ciudadana. El texto lleva por título “Ecuador: ‘sin educación, no hay revolución’. La universidad como arena de disputa por la hegemonía”. En el artículo “Entre a subalternidade e o socialismo indoamericano: reflexões sobre um marxismo decolonial”, la autora Jórissa Danilla Aguiar tiene como principal objetivo analizar de forma crítica y desde una perspectiva marxista el movimiento decolonial en América Latina. Se trata de un proyecto teórico-político de intelectuales latinoamericanos que surge en la contemporaneidad con el argumento de resistencia al occidental-centrismo y la consecuente renovación crítica de las ciencias sociales en el subcontinente. Se investiga cómo dos teorías que son claves para pensar la constitución del objeto analizado, el movimiento decolonial, se expanden en el mundo académico: la teoría poscolonial y el estudio del sujeto subalterno; así como la forma con la que esas teorías son recibidas en el subcontinente, y han ganado fuerza a partir de la década de 1990, la cual fue marcada por el lanzamiento de la obra Colonialidad y modernidad-racionalidad, de 1992, del peruano Aníbal Quijano (1928-2018). Se problematiza acerca de las aproximaciones de los autores decoloniales sobre la concepción de la política marxista de los subalternos a partir de la recuperación de parte del conjunto de la obra político-historiográfica de Antonio Gramsci (1891-1937) y José Carlos Mariátegui (1894-1930) como eje teórico-metodológico, y teniendo en cuenta que esos autores realizan interpretaciones sobre la cuestión nacional y el desarrollo desigual a partir de las contribuciones de la metodología dialéctica. Asimismo, se argumenta que Gramsci y Mariátegui, al estimular una profunda asociación entre el saber intelectual y la voluntad popular, indican elementos que en la actualidad pueden ser presentados por una izquierda decolonial. “Carne y democracia” es el artículo que elabora Carlos Asselborn, en este trabajo el autor recupera aportes del pensamiento crítico latinoamericano que se ocuparon de problematizar en primer lugar las relaciones entre imaginarios utópicos alternativos y democracias de “seguridad nacional”; en segundo, las relaciones entre subjetividad aterrorizada y políticas emancipatorias en los procesos de transición a la democracia, y en tercero, las relaciones entre democracias de mercado y sensibilidad social meritocrática y sacrificialista. En tales procesos la delimitación de la democracia implicó también el achicamiento del cuerpo que somos, naturalizados como individualidad egoísta cuya imaginación quedará circunscripta al realismo político conformista. Una democracia clausurada por la misma democracia se logrará recurriendo a la colonización de la subjetividad corporal. La sección de artículos concluye con la aportación de Armando Carballal Cano titulada “TeleSUR ante la crisis del ciclo progresista latinoamericano”. El llamado ciclo de gobiernos progresistas latinoamericanos de inicios del siglo XXI permitió la conformación de diferentes instituciones y organismos para la integración regional. En el plano mediático, se crea en Venezuela la Nueva Televisión del Sur, teleSUR, como canal internacional de noticias con vocación latinoamericanista. Transcurridos 12 años de transmisiones, teleSUR ha reportado sucesos históricos latinoamericanos y se enfrenta al retroceso de los gobiernos progresistas que posibilitaron su fundación. El número cierra con cuatro reseñas de libros que, sin duda, constituyen un aporte relevante para las ciencias sociales y las humanidades, con temas diversos como son una revisión crítica del quehacer literario y político de Mario Vargas Llosa, revisado desde la lectura que realiza José Luis Ayala. La segunda reseña se concentra en una obra que invita al debate de conceptos de amplio alcance en la teoría política y la práctica social, que están siendo reformulados a la luz de nuevos procesos democráticos y con un lenguaje político en el marco de experiencias históricas y empíricas de alto impacto y profundidad local y nacional, tales conceptos son pueblo, ciudadanía y sociedad civil. La tercera reseña nos presenta un libro cuya propuesta es la revisión de un futuro con un sistema poscapitalista y un mundo sin trabajo. En la última reseña las dos preguntas que sirven como sustento al libro son concisas: ¿qué se entiende por lo común y cómo es posible en las ciudades? Sirva esta breve presentación de los 22 libros reseñados como una invitación inicial a conocer la trascendencia de las obras y de sus autores. Ante un futuro sombrío en un capitalismo que prioriza la individualidad y el alejamiento de las afinidades comunes, la camaradería y la solidaridad se convierten en oro molido para un proyecto académico como el que constituye esta revista. Por ello es que, a nombre del Comité Editorial de la revista De Raíz Diversa, extiendo un profundo agradecimiento a los autores que colaboraron en este número con sus reflexiones acerca de lo acontecido en 1968, quienes respondieron afirmativamente a la invitación con un entusiasmo desbordante. Este acto de solidaridad con el proyecto editorial del Posgrado en Estudios Latinoamericanos refleja que es posible crear comunidad académica con el puro deseo de transmitir conocimiento y no callar nunca las conciencias.

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Cómo citar
López Bolaños, A. C. (2018). Editorial. De Raíz Diversa. Revista Especializada En Estudios Latinoamericanos, 5(10), 15–22. https://doi.org/10.22201/ppela.24487988e.2018.10.67412